La comisión de urbanismo del Consell (Ciotupha) suspendió ayer la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Vila (PGOU) para que el Ayuntamiento arregle una serie de deficiencias que ha detectado la máxima institución insular después de una «revisión exhaustiva» del documento. Entre otras cosas, Vila deberá justificar por qué determinados suelos pasan directamente a urbanos o por qué no se prevé un nuevo emplazamiento para la depuradora. Asimismo, tendrá que incorporar la declaración de Sa Graduada como Bien Catalogado o la reforma del segundo cinturón de ronda. Además, el Consistorio deberá exponer al público las últimas modificaciones que se han hecho en el PGOU, como el hecho de que ses Feixes se conviertan en suelo rústico, que se eliminen ciertos crecimientos de Platja d'en Bossa debido a la huella sonora del aeropuerto o la transformación de determinados suelos residenciales a uso industrial. Junto a estas modificaciones se deberá exponer también su correspondiente evaluación de impacto ambiental.
El conseller de Política Territorial, Miquel Ramon, indicó que «si todo va rápido», el nuevo PGOU podría estar aprobado en cuatro meses. Como muy tarde, el planeamiento estará listo dentro de 2008. Estos nuevos plazos contrastan con las previsiones del Ayuntamiento, que quería dar luz verde a su planeamiento en el primer trimestre de este año.
Además de las prescripciones que hace el Consell, a este documento todavía le faltan dos informes más. Uno es el que debe hacer Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) para dar su visto bueno a los cambios hechos por Vila debido a la huella sonora de los aviones. Un segundo informe es el que deberá elaborar la Conselleria de Medi Ambient sobre la evaluación de impacto ambiental de las últimas modificaciones. En ambos casos, Miquel Ramon no ve que estos documentos puedan suponer mayores retrasos, ya que el de AENA por ejemplo ya se podría ir redactando.
Ramon reconoció que la administración es «terriblemente lenta y complicada» y que los trámites se alargan más de lo que desearían. Preguntado por si seguían echando la culpa al PP del retraso del PGOU de Vila, Ramon respondió que durante la época popular hubo «poca diligencia» y «poca voluntad» para tramitarlo, aunque el «mayor boicot político» se dio con Eivissa Centre. «Con todas las deficiencias subsanadas, el proyecto estuvo un año parado», recordó el conseller.
Ramon indicó que los representantes de Vila no pusieron objeciones a la subsanación de deficiencias e indicó que desde el Ayuntamiento les habían pedido que se revisara bien el documento para poder hacer las modificaciones de una sola vez y no alargar más todo el proceso.