E
l paeilebot Cala Millor fue la herramienta básica para que 44 alumnos de 3º de ESO del IES Marc Ferrer participaran ayer en el programa cultural y medioambiental Jóvens per la Mar, que organiza desde hace años el Club Náutico de Eivissa y que cuenta con la colaboración de los dos consells insulars y los seis ayuntamientos de las Pitiüses.
Pere Vilás, miembro de la directiva del Club Náutico de Eivissa explicó que el programa tiene como objetivo poner a los estudiantes en contacto con el mundo marino y costero de las islas, a fin de que vayan tomando conciencia del valor cultural y medioambiental que este ámbito representa: «La reserva marina de ses Salines y sus alrededores conforman el entorno natural ideal para desarrollar esta actividad por su alto valor de los diversos componentes presentes en esta zona privilegiada». Durante un día, desde las 10,00 hasta las 16,00 horas, los alumnos reciben información sobre los distintos lugares por los que pasa el velero y se hace diferenciando los que es el medio ambiente, la ecología, la historia, el patrimonio cultural y etnológico, además de aportar a los jóvenes nociones relativas al mundo de la vela y la manera de trabajar en equipo dentro de un velero de estas dimensiones. Anualmente son unos 700 alumnos de 3º de ESO de los diversos institutos de las Pitiüses los que disfrutan de esta experiencia y según Vilás, desde que este programa se inició ya son más de 5.000 los alumnos que han pasado bien por el Topaga bien por el Cala Millor.
En su singladura los estudiantes van hasta Eivissa, concretamente bajo las murallas exteriores de Dalt Vila donde se les explica la importancia de dichas defensas, conocen con más detalles lo que eran las torres de defensa, visitan la de s'Espalmador, la torre de sa Guardiola, la utilidad de los faros como los de Botafoc, es Penjats o el de la illa des Porcs o den Pou, sin dejar de profundizar en un aspecto emblemáticos para las Pitiüses como las praderas de posidonea oceánica que fueron determinantes para que Eivissa y Formentera, pese a que este último aspecto sea silenciado en exceso, fueran declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Cala Millor es un pailebot construido en Palma en 1946, con más de cuarenta metros de eslora, ocho de manga, con un desplazamiento bruto de 150 toneladas y que con su actual aparejo de bergantín goleta cuenta con uan superficie vélica de 650 metros cuadrados al tiempo que dispone de un motor diesel de 650 caballos.
Guillermo Romaní