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600 niños musulmanes quieren contar con clases de religión islámica en las escuelas

Según la Unión de Comunidades Islámicas en Eivissa, la entrada del Islam en las aulas permitirá una mayor integración

Un grupo de jóvenes en un instituto de Eivissa, en una imagen de archivo.

BÀRBARA MUNAR

En Eivissa y Formentera hay 600 niños de origen musulmán que han solicitado estudiar el Islam en sus escuelas. El portavoz de la Unión de Comunidades Islámicas en Eivissa (UCIDE), Saladino Costa, explica que estas peticiones se han tramitado a través de las diferentes asociaciones musulmanas y mezquitas que existen en la isla y que la asociación tiene previsto tramitarlas formalmente a la Conselleria d'Educació.

Costa asegura que con la «entrada del Islam en las aulas pitiusas», los adolescentes podrán vivir su cultura «con más naturalidad», al mismo tiempo que conseguirán una mayor integración porque, según Costa, desaparecerá el conflicto «entre lo que el adolescente vive en casa y las experiencias que perciben fuera de ella. Unas experiencias que generalmente son contradictorias», explica.

Saladino denuncia que en Eivissa, la comunidad musulmana está viviendo el «problema de la segunda generación» y que sobre todo esta situación se percibe más en el municipio de Vila. Costa afirma que «a los problemas propios de la adolescencia, los jóvenes musulmanes añaden los inconvenientes de pertenecer a dos culturas y a ninguna al mismo tiempo».

Los padres, explica, tienen un déficit cultural, viven la situación de la inmigración con las cargas y presiones que suponen los horarios de trabajo y al mismo tiempo, padecen dificultades económicas. «Ello repercute en sus hijos y el efecto negativo se multiplica porque tienen un sentimiento de frustración. Nadie les ha preguntado si querían inmigrar, se sienten diferentes y al mismo tiempo desatendidos». Esta situación provoca que «estos niños formen pandillas en las que encuentran el apoyo que buscan». Pero al mismo tiempo, «entran en el mundo del consumo de sustancias ilegales, trapicheo, hurtos y del gamberrismo» En resumen, «canalizan el malestar» que tienen en casa y con la sociedad a través de estas pandillas, un fenómeno que se da sobre todo en Vila y que según el portavoz del UCIDE, en los pueblos no es tan acentuado porque hay «más contacto entre vecinos y una vida social más abierta que en el anonimato de las ciudades».

Saladino explica que este «comportamiento asocial» se debe «a la falta de una conciencia religiosa y de los principios que tiene cualquier religión como el Islam».

Costa afirma que enseñar el Islam en las escuelas «no lo va a solucionar todo pero que éste sería uno de los aspectos a llevar a cabo dentro del programa de actuaciones para que los jóvenes puedan vivir su ideología con total libertad, no se sientan diferentes y teminen integrándose en la sociedad».

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