El portavoz del PP en el Consell, Pere Palau, hizo balance ayer del aniversario de las elecciones y aseguró que en los primeros diez meses de gobierno progresista el Consell ha registrado una «parálisis total». «Ahora ya tienen presupuesto y no pueden hacer victimismo», expresó Palau, que indicó que es «muy difícil» hacer balance porque no «hay apenas nada que valorar».
Una de las principales preocupaciones de los populares se refiere a la economía, porque consideran que el Consell no está haciendo nada para «reactivarla». «La gente de la calle está preocupada por la subida de la luz, el butano, la hipoteca y el combustible», lamentó Palau, que indicó que los «hoteles están vacíos» y ni siquiera se ha aprobado el convenio de carreteras.
Por otro lado, el popular criticó que se venda el Consell d'Alcaldes como un logro, porque sólo ha habido tres o cuatro reuniones con los primeros ediles en un año cuando el equipo anterior se reunió «más de cien veces» con ellos durante la legislatura. Tampoco considera que sea demasiado positiva la aprobación del proyecto Eivissa Centre. «¿Para qué tanta prisa si no se trabaja desde hace meses?», se preguntó Palau, que añadió que ni siquiera ha habido acuerdos en la regulación de las discotecas.
En cuanto a la compra del yacimiento de sa Capelleta indicó que el Consell «vende la piel del oso antes de cazarlo» porque todavía no cuentan con la financiación necesaria, que tienen que pedir a la UE. Además, calificó la mejora de la financiación que propugna Tarrés de «arrebato» porque las arcas del Consell no se han incrementado. En el capítulo de carreteras el conseller popular criticó la pared «horrorosa» que se está construyendo en Sant Rafel y que haya una rotonda más en el tramo final de la autovía al aeropuerto.
«El gobierno del Consell no va bien, se han salvado con titulares de prensa, han engañado a los ciudadanos, pero muchos ya están percibiendo la parálisis», expresó Palau, que criticó que cada vez hay más cargos de confianza («más de 50») y que «no hay consenso» en temas territoriales («ahora modificarán el PTI y volveremos a la inseguridad jurídica y a la falta de respeto a la propiedad»).
El líder popular también arremetió contra la falta de solar para la depuradora y por el «encarecimiento» de los vuelos interislas, porque algunos billetes cuestan 107 euros. Además, se quejan de que ha desaparecido el barco de las ocho de la mañana de Eivissa a Palma.
Palau lamentó asimismo de que todavía no estén acabadas ni las residencias, ni los centros cívicos ni el polideportivo de ses Païses, que se haya perdido una subvención de 700.000 euros para reconvertir la comandancia militar en sede de la UIB y que se esté cambiando el proyecto que hizo el PP para esta sede.
«El gran ausente»
Pero lo «más preocupante» es que el presidente Xico Tarrés «está fuera de juego» y es el «gran ausente» porque ni siquiera «hace ruedas de prensa, aunque quizás es que no tenga nada que decir». «Ni siquiera ha intervenido en el tema de los taxis porque dice que el conseller de Transportes va 'sobrao', algo que yo también creo», añadió Palau, que añadió que el presidente está «dentro de la trinchera» e incluso a un congreso internacional de música envía a un secretario técnico. Por todo ello han decidido regalarle a Tarrés en este primer aniversario de las elecciones el libro 'El hombre invisible' de H. G. Wells para que «saque conclusiones». Este regalo se produce después de obsequiarle con una calabaza por sus cien primeros días de gobierno.
El presidente del Consell negó que la institución esté paralizada. «Yo no corto el bacalao de cualquier manera sino que coordino un equipo de trabajo con mucha capacidad y que desconocía cómo era la institución», expresó Tarrés, que indicó que la «parálisis» debe ser «pequeñita» cuando firman convenios, se «solventan» los problemas de los ciudadanos y se ejecutan obras cuyos «proyectos estaban mal hechos». También negó que se hayan perdido los 700.000 euros para la comandancia militar porque se han reinvertido en sa Capelleta. El presidente retó a Palau a que revise su agenda durante cuatro años y la que él ha tenido en diez meses. «Si hizo más me voy a casa», dijo Tarrés, que recriminó a Palau que nunca se reuniera con él cuando era alcalde pese a que tuvo 100 reuniones con alcaldes. «¿Qué era, el alcalde de Calatayud? porque el de Eivissa no». Negó que los hoteles están vacíos e indicó que en diez meses ordenado el territorio. El presidente aseguró que leerá el libro que le han regalado e indicó que no es invisible y que si no ha ido a alguna fiesta ha sido por problemas personales. «Si esto es parálisis, que baje Dios y lo vea».