Una madrina y un padrino de excepción, la alumna más veterana, Guadalupe Tur, de 101 años, y el más pequeñito del centro Nuestra Señora de la Consolación, Jorge Soriano, de cuatro añitos, para inaugurar las tres nuevas aulas del centro, que estrenarán los alumnos de bachillerato el curso que viene. «Mi madre va a estar muy emocionada porque es un acto muy bonito; seguro que le va hacer mucha ilusión», explicó Luis, el hijo de Guadalupe, quien no pudo asistir al acto. «Este colegio abrió sus puertas en 1911 en Dalt Vila. Desde entonces hemos crecido y nos hemos consolidado. Estas tres aulas responden a las necesidades sociales y tecnológicas de la actualidad», explicó Antònia Tur, directora del centro, en su discurso. Poco después, el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, bendijo las nuevas aulas. La tarde festiva continuó, pues todos los alumnos de infantil y primaria actuaron ante sus padres y familiares, equipados con potentes cámaras de vídeo y fotografía para retrarar las mejores poses, caras y bailes de sus pequeños sobre el escenario. Así, los primeros en actuar fueron los alumnos de infantil, quienes bailaron El tren de las estaciones siguiendo los pasos que les marcaban sus profesoras desde abajo del escenario.
María José Real
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