El 80 por ciento de adolescentes de 17 años han acudido en alguna ocasión a alguna de las macrodiscotecas de la isla de «forma ilegal» debido a que no son mayores de edad. Así lo afirmó ayer, ayer el director del Centro de Prevención de Conductas Adictivas, Alberto Villar, durante la segunda jornada de conferencias del congreso Internacional, Club Health 2008, que estos días se está celebrando en el Palacio de Congresos de la isla.
Este dato se desprende del estudio que el Cepca ha realizado durante este invierno en el que han participado «todos los estudiantes de 17 años de la isla». Según este informe, el 90 por ciento de adolescentes participa en la «oferta de pubs y bares de las zonas turísticas de la isla». En este sentido, el director del Cepca destacó que se «está permitiendo una situación ilegal y que por tanto, la industria y el mundo adulto pitiuso se deberían poner las pilas» para cambiar esta situación.
Alberto Villar destacó que el periodo estacional en el que «se vive de forma tan intensa la fiesta nocturna», está en relación con que los jóvenes de la isla se inicien más pronto en el consumo de algunas drogas. Mientras en el resto del país, los adolescentes empiezan a consumir alcohol en torno a los trece años, en Eivissa y Formentera lo hacen a los doce.
Doble visión
Durante este estudio, también se preguntó a los adolescentes de la isla sobre cuál era su visión sobre la noche de la isla.
Según Villar, el resultado ha sido «una sorprendente dualidad en la que nos hemos quedado un poco perplejos».
Por un lado, los jóvenes están en contra de la imagen que se proyecta de Eivissa y opinan que las instituciones deberían potenciar un turismo más relacionado con el patrimonio, la cultura y la gastronomía. Pero al mismo tiempo, «se sienten fascinados por el fenómeno de las grandes discotecas». Los jóvenes ven muy positivo que «gente de todo el mundo venga a Eivissa, porque les permite conocer a personas de diferentes culturas», aseguró.
Durante el estudio, el Cepca se encontró con un tercer problema en los menores de edad, además de acudir a las discotecas tempranamente y comenzar a consumir alcohol y cannabis antes que la media estatal, los jóvenes de la isla «relacionan el aumento de delincuencia, violencia y accidentes de tráfico con la oferta de ocio nocturno, pero ellos no creen que puedan verse implicados en estas situaciones de riesgo y peligro. Por este motivo, no ponen los medios para prevenir». Desde el Cepca aseguran que para cambiar esta forma de pensar, todos los ámbitos sociales deberían colaborar para prevenir en el consumo de drogas.
El centro de Prevención de conductas adictivas tiene previsto formar a los trabajadores del ocio nocturno «porque pensamos que es un buen elemento de colaboración para acercarnos al problema que supone el consumo de drogas».
El doctor del hospital australiano Royal Adelaide, David Caldicott, ha estudiado el fenómeno de la adulteración de las bebidas alcóholicas en las discotecas y asegura que este fenómeno es prácticamente inexistente. El estudio se realizó entre 2004 y 2006 con más de 3.000 pacientes que llegaron al hospital afirmando que alguien había adulterado su bebida. Según Caldicott, generalmente, eran individuos que habían bebido excesivamente y que «creían que realmente alguien les había puesto una droga ilegal porque habían bebido mucho y nunca antes habían estado tan borrachos».
El estudio concluye que de las 3.000 personas analizadas, el 60 por ciento sólo habían consumido alcohol, mientras que en el 40 por ciento restante se encontraron drogas, pero estas sustancias «no estaban relacionadas con el proceso de adulterar la bebida». De este 40 por ciento, «sólo cuatro pacientes» tenían en sangre GHB (Gamahidroxibutílico), una de las sustancias que se usa para adulterar las bebidas. Según Caldicott, de estas cuatro personas, tres reconocieron haber ingerido esta sustancia previamente por su propia voluntad, de manera que sólo una persona podría haber sufrido la adulteración.
Caldicott explicó que este proceso es «inexistente» y que sólo sucedía en antiguas civilizaciones y en la literatura.