El aluvión de malas noticias económicas que últimamente llenan las portadas sumó ayer un dato preocupante sobre la coyuntura actual. Los datos del paro registrado en las oficinas de empleo hechos públicos ayer por el Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB) revelan que el aumento de la contratación durante junio apenas consiguió compensar la destrucción de empleo durante el mes y deja los niveles de paro un 33 por ciento por encima de los registrados durante junio del año pasado.
El mes pasado finalizó con 4.357 desempleados en Eivissa y 180 en Formentera, unas cifras que representan una caída en el número de desocupados respecto a mayo de 104 personas en la primera y de 19 en la segunda. Si la comparación se realiza respecto al mismo periodo de 2007, las cifras se disparan hacia los números rojos. En el caso de la Pitiüsa mayor, el mes pasado se cerraba con 1.082 parados más que 12 meses antes, mientras que en la Pitiüsa menor el aumento de parados es de 13 personas.
Como viene siendo habitual en los últimos meses, la construcción es el gran lastre que condiciona la evolución de los índices de desempleo. Este sector fue el único que registró en junio más parados que en el mes precedente, con un total de 1.406 inscritos en el SOIB, 180 más que en mayo.
Cuando la comparativa se realiza en términos interanuales, la foto fija del sector refleja a las claras el fuerte impacto de la crisis del ladrillo en la destrucción de empleo. Actualmente hay 647 parados más pertenecientes a la construcción, una cifra que supone casi un 95 por ciento más que en junio de 2007.
Resulta llamativo constatar la ralentización de la actividad económica dentro del subsector del comercio. A pesar de ser una actividad que suele presentar un comportamiento bastante ligado a la temporada turística, en junio únicamente se redujo el paro en medio centenar de personas, mientras que en términos interanuales hay 105 personas más inscritas en el SOIB (en total suman 603 desocupados), lo que representa un incremento de más del 20 por ciento.
Los datos hechos públicos ayer revelan que incluso la hostelería se encuentra con índices de desempleo superiores a los del mismo mes del año pasado, con 958 parados inscritos en este sector, 72 más que hace un año. Respecto a mayo, el número de desempleados ha caído en 127 personas.
El epígrafe de «resto del sector servicios», que deja de lado a la hostelería y el comercio, suma 1.338 desempleados, 181 más que el año pasado, 153 menos que en mayo.
El SOIB también recoge las cifras de contrataciones, un apartado en el que se invierte la tendencia marcada en el desempleo al producirse una caída respecto a mayo (976 contratos menos, hasta alcanzar los 7.958 acuerdos), al tiempo que suben en unos 420 contratos respecto a junio de 2007.
En este caso, la evolución del sector hostelero es la más llamativa, con casi 1.390 contratos menos en el índice intermensual, cerca de medio centenar menos de contratos que hace un año.
Por último, la evolución en el número de demandantes de trabajo en las islas refleja que hay cerca de un 25 por ciento más que hace un año. En total, suman 6.700, casi 1.500 más que en junio de 2007.
Los dos principales sindicatos, UGT y CCOO, coincidieron ayer que los datos de paro de junio son preocupantes y que vienen a confirmar algo que ya habían notado el pasado mes: en el sector hostelero se están limitando las contrataciones de personal eventual.
Esta reducción es de entre un 15% y un 20%, según los cálculos del secretario general de Comisiones en las PItiüses, Felipe Zarco. «Al registrarse unos datos de ocupación no demasiado bajos respecto al año pasado, esto supone que quienes trabajan deben realizar jornadas peores, con horarios más flexibles y con más horas laborales», apuntó.
Su homólogo en UGT, Diego Ruiz, considera que esta situación es fruto de la «contención» de los empresarios del sector a la hora de contratar. «La incertidumbre económica hace que esperen a las puntas de demanda de julio y agosto para hacer los contratos, en lugar de tener plantillas para seis o para cuatro meses, que era lo habitual», afirmó.