Los concesionarios de coches están preocupados por la caída de matriculación de vehículos registrada en el primer semestre del año pero también acusan el excesivo peso que supone el hacerse cargo de los coches que se entregan como parte del pago de uno nuevo, una situación que está llevando a reducir los precios en los vehículos de segunda mano para darles salida.
«Nos encontramos con un stock de vehículo usado sobrevalorado que afecta a los resultados de los concesionarios ya que supone menos liquidez, además de contar con unos coches que pierden valor cada día que pasa», explicó José Colomar, presidente de la Asociación de Empresas de Maquinaria y Automoción (AEMA), en la que está encuadrada la agrupación de concesionarios.
«Hay que recurrir a la permuta de coches a precio de mercado y no a valores prefijados, como hasta ahora. Pero mientras esto no se produce, los precios de la segunda mano están cayendo y lo harán más a corto plazo puesto que es la única solución para darles salida», añadió Colomar, quien cifró en un 70% las compras de coches nuevos que conllevan la entrega de uno viejo.
Respecto a la caída de las matriculaciones, Colomar consideró que la situación «no es dramática pero sí preocupante» y señaló que, a pesar de que en Balears han caído las ventas en un 43,6%, «mantenemos cierto optimismo, esperamos que una buena temporada turística ayude a la recuperación y confiamos en un segundo semestre, especialmente tras el verano, que deje la caída en un 15% respecto a 2007».
Los concesionarios aprobaron crear ayer una comisión encargada de negociar con el Consell d'Eivissa una mejora de las condiciones de participación en el Salón del Automóvil de noviembre. «Si no se acepta el convenio existente en 2006, no estamos dispuestos a seguir participando», amenazó Colomar. «No puede ser que nos incrementen los costos de arrendamiento y montaje y al mismo tiempo nos bajen la subvención», aseguró el presidente de AEMA. Según explicó, el pasado año crecieron en 12.000 euros los costes de ocupación del Recinte Firal (alcanzaron los 72.000), al tiempo que la subvención bajaba de los 12.000 a los 8.000 euros, unas condiciones que redujeron drásticamente la rentabilidad, recalcó.