Este lunes empezaron las rebajas en Mallorca y en Menorca con ofertas que, en muchos establecimientos, incluyen precios disminuidos entre un 50% y un 70%, más propios de finales del periodo de descuentos. En las Pitiüses, las rebajas se iniciarán el próximo día 28 y los comerciantes todavía no tienen muy claro si se trasladarán esos recortes a Eivissa y Formentera.
«Todo va a depender de la evolución de julio. Previsiblemente no va a ser un mes que vaya a compensar junio y mayo, pero espero que vaya un poco mejor», explicó el presidente de la Asociación de Comercio Minorista de la Pimeef, José Javier Marí.
«Habrá comerciantes que estarán esperando al día 28 para salir con grandes porcentajes para buscar una salida de producto y unas rebajas rápidas, aunque habrá otros que les habrá ido mejor y que pensarán que todavía les queda el recorrido del mes de agosto para vender género de verano», añadió.
«Dependerá también de la cantidad de material de invierno que tengan en el almacén porque, sobre todo las tiendas más de moda rabiosa, son las que realmente necesitan sacar el producto cuanto antes; en cambio, las tiendas con productos más básicos o estándar, no están tan preocupados porque no pasan tanto de moda y pueden aguantar con precios más normales», concretó Marí.
El alto número de mercancía en los almacenes obedece en buena parte a la debilidad de las ventas durante los dos primeros meses de la temporada, reiteró el empresario. «La situación es la misma en todos los sectores. Está claro que si no entran turistas se crea la psicosis de crisis porque los residentes no pueden empezar a trabajar y, al mismo tiempo, los visitantes que llegan han rebajado su consumo», confirmó el propietario de la cadena de tiendas Holliday's.
«Depende de las zonas y los sectores, la bajada de las ventas se ha concretado en descensos de entre un 15 y un 30 por ciento, aunque seguro que hay zonas turísticas en las que incluso la caída habrá sido mayor», concretó.
Menos irregularidades
Marí no ha podido constatar que se hayan abierto expedientes por realizar rebajas encubiertas desde el pasado 28 de junio, día en que se abría un plazo de un mes en el que no se permiten los descuentos. «Quizás el efecto persuasivo de las advertencias en prensa ha dado resultado porque ahora no se ven demasiados escaparates con anuncios de rebajas», apuntó.
La crisis ha alcanzado a la contratación puesto que «hay que limitar los costes y se está notando que se limita el personal eventual», pero no ha supuesto el cierre de negocios. «Si se mantuviese la tendencia actual en los próximos meses, a final de temporada muchos comercios se podrían plantear no abrir en invierno o, incluso de forma definitiva», apuntó Marí. «La situación no es alarmante pero sí preocupante», concluyó.