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El buen hacer casero para el verano

Las dolencias típicas de la época estival se pueden mitigar con remedios naturales

Para algunos el final del verano se acerca. Para otros aún no ha comenzado, mientras que la mayoría considera que si bien el grueso de las vacaciones estivales ha concluido aun quedan días de sol, playa, comidas copiosas y largas noches a la luz de la luna. Con el paso de los días estivales muchas personas empiezan a notar los efectos que el 'desenfrenado' verano tiene en su organismo, no sólo a nivel exterior sino también interior. A pesar del avance tecnológico que vivimos desde hace varios años, los remedios caseros suelen ser una buena manera para afrontar diferentes dolencias leves. Sobre todo los que ofrecía Txumari Alfaro en su programa La botica de la abuela. En la tienda de La Botica que hay en Eivissa se pueden encontrar diferentes remedios caseros que aumentan el bienestar de la persona. «La zona del contorno de ojos y labios es muy fina y sensible, por lo que resulta muy perjudicada ante el exceso de sol. El agua de rosas mezclado con la rosa mosqueta es un buen tratamiento regenerador», explica Chari Aguilar, esteticien y masajista de La botica de la abuela. «El aloe vera es descongestivo y regenerador de la piel. En verano solemos abusar del sol, por lo que el aloe vera aparte de ser calmante también nos hidrata», explica Maria del Mar Merino, encargada de esta tienda.

Según afirma, el pepino también es muy bueno porque ayuda a descongestionar, hidratar y eliminar la suciedad de los poros de nuestra piel: «En verano nos excedemos con las comidas copiosas, el alcohol y solemos dormir menos, por lo que la piel se resiente».

Insomnio. Durante la época estival nuestro ritmo diario se ve alterado, por lo que puede resultar más complicado conciliar el sueño. Las infusiones de plantas que contienen propiedades relajantes ayudan a dormir. Así, la valeriana, la pasiflora y la melisa son buenas compañeras en una taza caliente de agua, mientras que también podemos optar por un baño con una infusión de dos litros durante un cuarto de hora. Amigdalitis. Suele ser bastante frecuente en personas que tienen la garganta como uno de sus puntos débiles. Los cambios de temperatura y el exceso de aire acondicionado contribuyen a su aparición. El zumo de medio limón caliente con un poco de miel nos puede ayudar a calmar este molesto dolor de garganta. También podemos optar por hervir un puñado de pasas, que una vez coladas se puede mezclar con una cucharada de miel. Se recomienda tomar esta infusión tres veces al día. Exceso de sol. Las largas jornadas en la playa pasan factura al final del día. Ante una insolación leve lo mejor es preparar una infusión de menta piperita que se mezclará con una cucharada de aceite de oliva y otra de vinagre de manzana. Este cataplasma se aplicará con un trapo de algodón en las zonas afectadas. Las infusiones de salvia y sauco ayudan a recuperar la hidratación de la piel. Conjuntivitis. Tanto el agua de piscina como la del mar pueden desencadenar esta molesta dolencia ocular. Una medida muy eficaz para combatirla es la sal marina. Ésta se hierve y cuando esté templada se procede a la aplicación en el ojo u ojos afectados con una gasa. Durante 5 minutos se aplica una gasa empapada en agua fría.

María José Real

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