En un momento en el que la compañía Iscomar centra toda la atención por las numerosas incidencias protagonizadas por sus buques en el último año y los retrasos en el transporte marítimo y el aéreo son noticia semanalmente, la Audiencia Nacional ha puesto fin a un litigio que se inició hace 10, años con motivo de una inmovilización del 'Manuel Azaña'.
El Alto Tribunal deniega la petición de la propietaria del barco, Flebasa, por los perjuicios que causó el bloqueo del buque por deficiencias técnicas, ordenada por la Capitanía Marítima de Palma ordenada a principios de febrero de 1998, 15 meses después de que el ferry entrara a cubrir la línea Dénia-Eivissa-Palma. La compañía reclamaba una indemnización de 540.000 euros.
El 'Manuel Azaña' había cubierto los trayectos entre Ceuta y la Península antes de recalar en la ruta con Balears. El práctico de la ciudad autónoma, en mayo de 1996, había realizado un escrito en el que denunciaba el peligro del acceso habilitado en el casco para que pudiera abordar el barco y ayudarle en las maniobras de entrada y salida del puerto.
Peligro de succión
Tanto el práctico como su homólogo de Dénia denunciaban el peligro de unas bandas de caucho situadas a lo largo del costado y que impedían la fijación de una escala para realizar el transbordo desde la embarcación de guía en puerto. Unas bandas, que según recoge la resolución de la Audiencia Nacional, llegaron en una ocasión a atrapar a la lancha del práctico al ser zarandeado el 'Manuel Azaña' por el oleaje.
Por otro lado, el acceso se encontraba muy cerca de la parte de popa, por lo que la barca de guía corría el riesgo de quedar atrapada en las corrientes generadas de las hélices, que podían llegar a succionarla y despedazarla.
A finales de enero de 1997 finalizó el plazo dado a la naviera para solucionar estos problemas sin que Flebasa así lo hiciera. Por este motivo se dictó a la orden de paralización, que quedó suspendida el 2 de febrero de ese mismo año.
El asunto de la reclamación por la ilegalidad de la orden de paralización de la actividad se mantuvo en los despachos de Fomento hasta 2004, momento en el que el Ministerio declaró la inexistencia de una responsabilidad patrimonial por parte de la Administración.
El retraso administrativo y judicial es tal que el impulsor del recurso, la naviera entonces propietaria del buque ha desaparecido. Fletamentos de Baleares (Flebasa) presentaba suspensión de pagos en 1998, el mismo año en que parte de sus directivos, capitanes y jefes de máquinas aceptaban quedarse con el activo y el pasivo de la compañía a cambio de saldar la deuda salarial. Así nacía Baleària y así el 'Manuel Azaña' cambiaba de dueño aunque se mantenía en la línea Eivissa-Dénia.