Lo más importante para conseguir un buen vino es la uva. Las bodegas de Eivissa lo saben y por ello extreman todos los cuidados de las cepas a lo largo del año. Las abundantes lluvias que hubo durante la primavera, sobre todo en los meses de mayo y junio, propició que los empresarios dedicados al vino tuvieran que realizar más pulverizaciones con azufre para evitar la aparición de dos de los males más temidos para los vinos de la tierra: los hongos mildiu y oidio, más conocido popularmente como cendra, pues se asemeja bastante a la ceniza. Ambos se reproducen con el exceso de humedad y las altas temperaturas, dos aspectos que estuvieron presentes durante mayo y junio. «El oidio parece ceniza porque es un pequeño manto que cubre a la uva y la parra y las acaba machacando; las agrieta y hace que se pudran, mientras que el mildiu ataca a la parra y la acaba secando», explica Antoni Costa, de la bodega Can Rich, que cuenta con casi 40.000 cepas y que este año empezó la vendimia el pasado 6 de agosto. Para evitar la aparición de estos dos hongos se tiene tratar la uva: «Sobre todo con azufre. El problema viene que al ser un tratamiento de contacto, si pulverizas la parra y al día siguiente llueve realmente no has hecho nada porque se escurre todo», explica Costa. «Hemos conseguido una uva de muy buena calidad, pero la verdad es que hemos tenido que hacer más tratamientos que otros años», afirma Joan Bonet, de la bodega Sa Cova, que tiene 12 hectáreas de viñedo y que empezó la vendimia el pasado día 19. Buena parte de este éxito de uva también se consigue gracias a la elaboración tradicional, pues en ninguna de estas dos bodegas ibicencas se utilizan máquinas para arrancar las uvas de las parras: «Las máquinas echan las uvas podridas, las hojas...todo lo que pillar. Las personas eliminan las uvas que están podridas», explica Costa. Así pues, todo parece indicar que los vinos de este año serán buenos: «Es un poco pronto para saber cuál será el vino que más despuntará este año. Siempre los comparo con un ser vivo, que nace, crece, se mantiene y luego se muere. Los vinos sin duda serán buenos porque la uva es de buena calidad».
Según cuentan estos dos empresarios bodegueros, el vino de Eivissa cada vez cuenta con mayor aceptación no sólo en la península sino también en muchos países de Europa: «Tenemos exportaciones a lugares tan diferentes como Alemania o Reino Unido y cada vez más, lo que significa que se vende bien». Una buena manera de que los turistas conozcan los vinos de la tierra son las visitas guiadas que tanto Can Rich como Sa Cova ofrecen a los turistas. En el caso de Sa Cova, cada día un tren turístico que sale de Sant Antoni lleva a los turistas a la bodega para que conozcan el proceso de elaboración del vino y las variedades de uva, entre otros aspectos.
Tanto para Toni Costa como para Joan Bonet, el vino de Eivissa se diferencia de los del resto del mercado, principalmente, por el terreno y el clima: «Reflejan muy bien el terreno de la isla. El clima y el suelo que tenemos tienen le dotan de ese carácter tan especial, de esa suavidad que les otorga la brisa mediterránea. Todo lo que tienen se lo da la naturaleza», explica Bonet. Y Costa añade: «Son vinos muy modernos, muy diferentes y curiosos. Hace 10 años era impensable exportar a países como Alemania, ahora es una realidad y cada vez va a más. Esto es muy importante porque Eivissa nunca ha contado con una larga trayectoria en producción de vinos».
María José Real