El conseller insular de Programació Econòmica, Tomás Méndez, ya tiene preparada la receta contra la crisis que explicará a la oposición el día 26 en un pleno extraordinario. La solución pasa por aumentar el capítulo de inversiones e intentar agilizar la ejecución de obra pública, congelar el sueldo de los políticos y cargos de confianza y contratar sólo el personal imprescindible. También se creará un fondo de contingencia para ayudar a los colectivos más desfavorecidos.
Méndez explicó que la situación económica actual también influye en los ingresos de las administraciones. Los ayuntamientos, el Consell y también el Govern están experimentando una fuerte reducción vía impuestos. De hecho, el Govern calcula que ingresará 200 millones de euros menos. El propio Estado tiene menos entradas a través del IVA y más gastos por el aumento de desempleados. Esta situación obliga al Consell a «pelear» mucho más la llegada de inversiones para Eivissa. «Tendremos que trabajar mucho para contar con ese dinero», insistió el conseller. De todas formas, Méndez confía en que acaben llegando más fondos desde Madrid, también en cumplimiento del nuevo Estatut d'Autonomia, y por eso augura que en 2009 habrá un capítulo de inversiones productivas mucho más elevado que en 2008.
Aunque una de las cosas más importantes, según el conseller, es que también se ejecutarán más proyectos, porque hasta el momento el cumplimiento del presupuesto de 2008 es muy bajo. Méndez lo explica por los largos trámites administrativos que hay que seguir. «Hay plazos desesperantes y lo que tenemos que intentar es que no haya retrasos», destacó el conseller, que trabajará para agilizar la contratación de proyectos, tanto públicos como privados. «Tenemos muchas cosas pendientes, como el hospital, el puerto, el aeropuerto, las carreteras, las depuradoras y el Parador; tenemos que ayudar a agilizar todas estas inversiones», expresó Méndez, que indicó que también hay que invertir en proyectos que ayuden a cambiar el modelo turístico de la isla que ya está «obsoleto». Entre ellos destacó el plan de reconversión de Platja d'en Bossa, el centro deportivo internacional de sa Coma o el palacio de congresos de Santa Eulària. «Esto cambiará el modelo turístico de forma radical, ayudará a mejorar la calidad», opinó Méndez, que añadió que hay que dar prioridad a la obra pública para poder ofrecer empleo, «lo que tiene un efecto multiplicador muy grande porque aumenta el volumen de salarios y el consumo de las familias».
Protección
Como medida complementaria, el conseller plantea «proteger a los ciudadanos» el máximo posible. Para ello se creará un fondo de contingencia y emergencia para «aliviar las consecuencias de la crisis a los más débiles». Además, se tienen que proporcionar ayudas sociales «eficaces» y que «lleguen al ciudadano». «Ayudar a personas mayores o con problemas es importante, pero también todo lo que se haga en transporte público, que implica un desplazamiento a menor coste, o intentar mejorar la renta de las familias con becas y ayudas para las guarderías».
En cuanto a las subvenciones, Méndez avanzó que el Consell las estudiará con lupa para hacerlas «más eficaces».
Por otro lado, el Consell tiene previsto crear una mesa de seguimiento a finales de mes con sindicatos, empresarios, sector financiero y cámara de comercio. En ese foro pedirá a los empresarios que hagan un esfuerzo para mantener abiertos más tiempos los establecimientos y no recortar la temporada. «Cada uno tiene que aportar algo», expresó Méndez, que invitó al PP a apoyar al equipo de gobierno para luchar juntos contra la recesión.
El Consell tiene previsto congelar el sueldo de políticos y altos cargos y parar y reducir el crecimiento de plantillas. «Tenemos que disminuir todo el gasto corriente posible, siempre que no afecte al funcionamiento del Consell», remarcó Méndez, que indicó que no puede congelar el salario de los funcionarios porque «hay que cumplir la ley», aunque «sí que pueden acogerse voluntariamente a una congelación». Se intentará reducir la contratación «siempre que sea posible», se harán reorganizaciones internas y también se intentará motivar más al personal para que haya «más eficacia» y el sector público no sea un lastre para el ciudadano.