La hija de una mujer internada en la residencia de ancianos Can Blai ha interpuesto una denuncia contra un médico de este centro por supuesta desatención a su madre. La mujer también asegura en la denuncia, que obra en poder de este diario, que el médico y ella acabaron en el suelo de un pasillo de la residencia tras un forcejeo consecuencia de una discusión que había comenzado en el despacho del facultativo. Según ha explicado la mujer, el doctor la agarró del brazo para impedir que abandonara su despacho, ambos tropezaron con un lavabo y cayeron al suelo, algo que vieron numerosos testigos, siempre según el relato de la mujer, que asegura que sufrió heridas leves en una pierna al caer al suelo.
Junto a la denuncia, presentada en el Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa el pasado jueves, la mujer ha hecho llegar a este diario la documentación en la que se recogen las numerosas quejas presentadas por ella a los responsables de la residencia y las respuestas de estos.
La denuncia relata que, el 22 de agosto pasado, la interna sufría un resfriado que fue advertido por su hija, quien avisó a las trabajadoras para que lo reflejaran en el libro de incidencias. Al día siguiente volvió a notificar el problema de su madre a responsables de la residencia. Le suministraron jarabe para la tos, según la denuncia. El día 24 volvió a avisar de que su madre estaba enferma y pidió expresamente que al día siguiente la atendiera el médico, el mismo contra quien presentó la denuncia en los juzgados.
El día 25, una vez comprobado que el médico no había atendido a la anciana y los síntomas persistían (flemas muy verdes y ruido en el pecho al respirar), la mujer reclamó el nombre del jarabe que le habían dado, pero se lo negaron porque «no estaba pautado por el doctor».
La mujer llevó a su madre al servicio médico de urgencias de Santa Eulària, donde le atendió una doctora que le diagnosticó una bronquitis aguda y le extendió un volante para que fuera a Can Misses con carácter de urgencia para que se le practicara una radiografía. Los médicos le pusieron un tratamiento a base de antibióticos y jarabe expectorante. Ya de regreso en la residencia, cinco días después, 4 de septiembre, se observó cierta mejoría en la anciana, pero continuaban los síntomas, por lo que la mujer la llevó al médico de cabecera. Se le puso un tratamiento de diez días de duración. Esa misma mañana la denunciante preguntó por el doctor al que después ha denunciado para entregarle el informe médico. Le dijeron que el doctor quería hablar con ella. Ella le entregó la copia del informe y, según la denuncia, el médico «insistió en la necesidad» de que pasaran al despacho. La mujer no quiso, pues «había perdido la confianza que existía con el doctor». «Ante la obstinación del médico» la mujer entró al despacho para expresarle su «molestia y preocupación». Una vez en el despacho, el médico comenzó a decir a la mujer «la gran labor que están desarrollando en el centro» y aseveró que «los residentes están perfectamente asistidos». La mujer, «ante tal sarta de mentiras», optó por levantarse y dejar el despacho.
«Transparencia»
Según explicó ayer la mujer, y según consta en la denuncia, «no estando el doctor contento con la reacción de la hija de la residente, sale tras ella para disuadirla y cuando consigue alcanzarla la coge en volandas». «Ante la sorprendente actitud del doctor, la mujer respondió con gritos y sollozos que la dejara marchar. Haciendo caso omiso a la petición, ambos cayeron al suelo, tropezando con una esquina de los lavabos». La mujer sufrió raspaduras en la pierna izquierda, aunque no acudió al hospital.
Al respecto, la consellera de Política Social i Sanitària, Patricia Abascal, dijo: «Siento mucho que haya una persona que haya tenido que poner una denuncia por una supuesta mala atención, del médico en este caso. Yo no sabía lo que había sucedido. Siempre hemos tenido la máxima transparencia y comunicación con el fin de buscar solución a los problemas que puedan surgir».