El Ayuntamiento de Sant Josep apoyó ayer la decisión de la Conselleria de Medi Ambient de reducir la población de cabras de es Vedrà para evitar que destruyan plantas endémicas de alto valor natural. Según explicó el concejal responsable del área de medio ambiente, Josep Antoni Prats, la eliminación de parte de estos animales es «correcta», aunque lo «deseable» sería llegar a un consenso con los propietarios, porque esta medida causó una gran polémica la última vez que se puso sobre la mesa, en la legislatura del Pacte de 1999 a 2003.
«Es algo que no nos viene de nuevo, aunque pienso que la última vez se hizo sin hablar con los propietarios y espero que esta vez se haga de forma más consensuada y no haya problemas», explicó el regidor, que opina que los propietarios de es Vedrà tienen que entender que no puede ser que haya «una población descontrolada». Asimismo, y a juicio del concejal, desde la Conselleria tienen que ver también que hay unos usos tradicionales «que no se tienen que eliminar del todo». Por eso Prats consideró adecuada una reducción de animales pero no su completa desaparición.
Según algunas fuentes, la población de cabras de es Vedrà podría rondar el centenar, un número que se considera excesivo. Desde Medi Ambient tienen previsto hablar con los propietarios de es Vedrà para plantearles el problema, porque actualmente la sobrepoblación en el islote tiene importantes peligros para la flora. Es Vedrà está dividida entre doce dueños, que realizan cacerías de cabras.
El Ayuntamiento está manteniendo reuniones con los propietarios de Cala d'Hort con motivo de la electrificación de esta zona y los contactos se están aprovechando para poderles invitar más adelante a formar parte del parque natural. «Estamos hablando con ellos para que vean que queremos ayudarles», explicó Prats, que cree que en su momento, en la legislatura del Pacte 99-2003, se planteó mal la declaración como parque. «Hubo un déficit de información a la gente y la comunicación se distorsionó probablemente por intereses políticos», expresó el regidor, que indicó que ahora hay que volver a empezar de cero porque los propietarios tienen unos prejuicios que «no se ajustan a la realidad». Sin embargo, hay algunos que podrían estar interesados en formar parte del parque, aunque todo está «en una fase muy verde». «La gente tiene que entender que estar dentro de un parque tiene más beneficios que perjuicios», añadió el concejal, que recordó que en parques como Aigüestortes, en los Pirineos, los propietarios se pelean por estar dentro. El regidor recordó que de todas formas en esta zona ya no se puede construir porque está protegida por directivas europeas, por lo que formar parte del parque les ayudaría a conseguir subvenciones.