U
n tremendo estruendo y una nube de humo ocupaban ayer por la tarde todo el paseo de Vara de Rey. Decenas de personas se acercaban a ver que ocurría, otros ya estaban preparados para disfrutar de la tradición catalana de los Correfocs. Los Demonis d' Eivissa hacían de las suyas asustando a niños y mayores, no sólo con sus horribles caras sino también con las llamas y los petardos que portaban. Más de veinte demonis corrían de un lado a otro al ritmo de los tambores. Como visita de excepción unos 24 Diables de Cunit que vinieron acompañados por su Bestià de Foc desde la provincia de Tarragona, hicieron que el evento de pirotecnia fuera un poco más espectacular. La Bestià, que pesa unos 80 kilos y bajo la que va uno de los demonis, salió en varias ocasiones por primera vez en Eivissa. «Se trata de una invitación y un intercambio entre el grupo de Eivissa y el de Cunit», explicó Jordi Marí uno de los responsables de la colla local. Durante aproximadamente media hora, el fuego y los petardos fueron los protagonistas de la fiesta por la lengua.
Antes del Correfoc hubo un concierto del grupo 4 de Copes que deleitaron al público que no dejó de bailar durante toda la actuación. En el último tema, la cantante se atrevió a tocar la flauta «a modo de experimento», según sus propias palabras, lo que finalmente resultó todo un acierto. Al finalizar la actuación, llegó el turno de la lectura del manifiesto. La joven Marina Sureda fue la encargada de leer el manifiesto por la lengua catalana en el que se abogaba por que sea un elemento de unión y no de discrepancia política. Además, en el escrito se hacía especial hincapié por que sea la juventud la que puede hacer que esta lengua siga creciendo y no se extinga. Tras ella, se encontraban representantes políticos como Fanny Tur, Maribí Mengual, Josep Antoni Prats o Marià Torres.