El comité técnico de la Comissió balear de Medi Ambient obligará a Empresas Matutes a redactar prácticamente de nuevo el proyecto de campo de golf de Platja d'en Bossa porque ha encontrado «numerosas deficiencias» en el actual. Los técnicos decidieron ayer no emitir informe sobre esta instalación tras analizar su evaluación de impacto ambiental, en la que encontraron numerosos fallos que ahora Empresas Matutes tendrá que subsanar si quiere llevar adelante el proyecto.
Una de las deficiencias más graves se refiere a que en los terrenos donde se proyecta el golf se ha constatado la presencia de un hábitat de interés prioritario catalogado por la Unión Europea. Se trata de una planta llamada salicornia, típica del litoral y que es de la familia de los limoneum. Desde Medi Ambient aseguran que en Balears está presente en muy pocos lugares y precisamente uno de ellos es donde se tiraron las tierras de las autovías, donde había por lo menos 20 metros. De hecho, la comisión obliga ahora a Matutes a «recuperar este hábitat» que ha sido destruido con la acumulación de las tierras. «Lo habitual en estos casos es que protección de especies haya abierto un expediente al respecto», informan fuentes de Medi Ambient.
Esta no es la única irregularidad que se ha detectado en la evaluación de impacto ambiental que hizo Empresas Matutes, porque tampoco se menciona en ningún lugar que en la zona hay tierras acumuladas, ni hace referencia a la investigación que se está llevando a cabo en los Juzgados por presunto delito medioambiental. En este sentido se ha decidido pedir información al Juzgado de Instrucción número 2, que está llevando el caso y también se solicitará el informe elaborado por la dirección general de Qualitat Ambiental del Govern sobre este material acumulado.
Otro de los fallos detectados tiene que ver con las aguas de drenaje del campo de golf, que según los técnicos de Medi Ambient puede afectar a la zona del estanque de la Sal Rossa. Además, hay una posible presencia de yacimientos arqueológicos que, en todo caso, se deberían recuperar.
Por último, la zona está catalogada como de interés general de regadío por el Ministerio de Agricultura, por lo que se ha solicitado un informe a la Conselleria d'Agricultura del Govern para que lo certifique.
Otra de las trabas que ponen los técnicos de Medi Ambient se refiere a los lagos que prevé el proyecto del campo de golf y que atraerán a numerosísimas aves del parque natural de ses Salines. Esto puede afectar al vuelo de los aviones, ya que el aeropuerto de Eivissa está prácticamente al lado. Por eso ayer se decidió pedir un informe a la dirección general de Aviación Civil.
Por otro lado, el campo de golf está atravesado por dos carreteras, la de ses Salines y la que conecta Sant Jordi con Platja d'en Bossa. «En ningún momento se ha analizado el riesgo para el tráfico que ello supone ni como afectará a la movilidad de la zona», recalcaron desde Medi Ambient.
La cantidad de cosas que se les piden (modificar el drenaje, recuperar el hábitat protegido por la UE, el yacimiento, etc.) hacen prácticamente inviable el actual proyecto. Esto quiere decir que se tendrá que redactar uno nuevo, que tendrá que volver a pasar por el Consell, ir a exposición pública y luego llegar a Medi Ambient.
El conseller insular de Política Territorial, Miquel Ramon, aseguró ayer que «no se esperaba» que el proyecto se dejase sobre la mesa, porque consideraba que había suficiente información para ser rechazado.
De hecho, el técnico del Consell presente en la reunión pidió que se denegara el campo de golf, pero finalmente se hizo una votación y se decidió no emitir informe y dar oportunidad a subsanar las deficiencias.