El presidente de la Autoritat Portuària de Balears (APB), Francesc Triay, reclamó ayer al PSOE ibicenco y a Eivissa pel Canvi (ExC) que tomen una pronta decisión respecto a la ampliación del puerto de Vila al tiempo que rechazó de plano la propuesta alternativa realizada por la segunda formación política, un plan que calificó de «cuento de hadas» y cuya aplicación sería algo «terrible» para el puerto.
«Estoy a la espera de que las dos instituciones con las que se estaba hablando, que son el Ayuntamiento y el Consell d'Eivissa den el visto bueno al proyecto que queremos desarrollar porque entra dentro del pacto que han suscrito. Yo no voy más allá, soy un mero espectador», aseguró Triay, quién añadió que «para llevar adelante el proyecto y decidir las dimensiones de la ampliación, estoy a la espera de su acuerdo».
«Ellos deben decidir lo que pasa con el incidente que han provocado con la presentación de una alternativa que va contra el Plan Director y contra el que sea es Botafoc la solución de los problemas de Eivissa. Mientras no lo resuelvan claramente, el proceso seguirá parado», abundó el responsable de la APB, quien advirtió: «Que no se demore la decisión porque todo lo que se tarde será tiempo perdido».
«Cuento de hadas»
Triay habló en todo momento de que está a la espera del acuerdo que garantice la estabilidad del pacto en el Consell y el Ayuntamiento definiendo una postura aceptada por PSOE y ExC. Eso sí, en su opinión, sólo es posible trabajar sobre la base del proyecto presentado que traslada el tráfico de pasajeros y mercancías a es Botafoc y que requiere de la creación de nueva explanadas.
De hecho, Triay dijo no haberse planteado la posibilidad de que el acuerdo político defendiera el plan alternativo de ExC. «Si llegara a darse esa situación tan terrible, entonces veríamos qué hacíamos», declaró.
El presidente del puerto no se limitó a rechazar la propuesta contraria a la oficial y no ahorró en argumentos y calificativos contrarios a dicho plan. «Quiero decir que esta propuesta que se presenta como maravillosa, es un auténtico cuento de hadas. Ni vale lo que dicen, ni es posible hacerlo, ni el puerto es maniobrable para los barcos», aseguró.
Triay defendió que los representantes de los prácticos consideran que la propuesta de ExC crearía un puerto inseguro, con la operatividad limitada y en el que barcos como el 'Audacia' de Trasmediterranea, de 200 metros de eslora, no podrían atracar ya que la línea de muelle prevista sería de 170 metros.
En su refutación de los argumentos en favor de la propuesta de Eivissa pel canvi, Triay también aseguró que, mientras que con su propuesta podrían empezarse las obras en seis meses, con la alternativa «se dice que sólo habría un retraso de unos pocos meses pero habría que hacer un nuevo Plan Director de Infraestructuras, hacer un nuevo proyecto de terminal y la declaración de impacto ambiental, lo que llevaría entre dos años y medio y tres años», aseguró.
El responsable de los puertos del Estado en Balears se refirió a la posibilidad de realizar disminuciones en su proyecto y aseguró: «Estoy dispuesto a estudiar cualquier ayuda que no ponga en duda el principal del proyecto».
Dicho principal sería el traslado de la operativa principal de pasajeros y tráfico rodado a es Botafoc, construyendo una nueva terminal y una explanada de carga.
Las negociaciones entre PSOE y Eivissa pel Canvi están pendientes de una próxima reunión para la cual no existe una fecha definida, según apuntó Marc Costa, portavoz de la plataforma ciudadana ahora constituida en partido.
ExC acordó el lunes el pedir un encuentro con los socialistas para hacerles llegar su «malestar» por la negativa del PSOE a aceptar su propuesta. «No nos conformamos y creemos que debemos seguir negociando, sin cerrarnos», aseguró Costa, quien defendió que la solución de la cuestión del puerto «es relativamente urgente, pero tampoco nos vamos a poner ultimatums». «Nuestra intención no es alargarla indefinidamente», reiteró.
Triay defendió que el cálculo del coste que supondría la propuesta alternativa de ExC es erróneo y el coste final hace que «no se económicamente viable y no pueda hacerse en esta legislatura». Según el responsable de la APB, el rescate de la concesión del puerto Marina Ibiza, «es una pequeña partida en la que nadie ha caído en la cuenta y supondría entre 140 y 160 millones».
A esta cantidad habría que añadir la rescisión del nuevo varadero (al que le quedan 15 años de licencia), la pérdida de uso del nuevo edificio de la Cofradía de Pescadores y la necesidad de dragar unos cuatro metros de lodos en la zona de la antigua Ibiza Nueva, «un dragado con un coste muy superior al fijado por ExC».
Por otro lado, Triay también negó que sea factible la fórmula de contrato de obra pública para la ejecución de los trabajos, tal y como apuntaba el GEN.