El pequeño pasaje que une la avenida de España con la calle Vía Púnica, situado en el corazón del barrio de sa Capelleta, no tenía nombre hasta que fue bautizado como Passeig de Bartomeu Escandell a finales de agosto por la propia alcaldesa de la ciudad y a petición de la asociación de vecinos del barrio. Xumeu de ses Flors, como se conocía a este hombre que llevaba la floristería que está en el mismo callejón, fue un ciudadano muy implicado en la vida de la ciudad.
Diariamente pasan por esta vía, situada estratégicamente, numerosas personas, pero nunca tuvo tanta actividad artística como durante la noche del jueves pasado. Uno de los comerciantes de la zona, Juan Ferrer, organizó una exposición de las obras de Boke, un joven pintor, usando las propias paredes de la callejuela como galería. «Este callejón se convierte en un basurero que siempre está sucio. La idea era hacer la exposición para que la gente lo vea como una calle más donde además hay varios comercios, entre ellos la floristería de Bartomeu», explicó Ferrer. Este joven conoce a la familia de Bartomeu Escandell desde hace muchos años y quiso entonces hacer la exposición en su honor. «Él era uno de los vecinos que más se movilizaban para hacer cosas en este barrio, su calle no merece estar así», añadió.
A la exhibición artística, convertida en homenaje, acudieron, además de vecinos, la familia de Bartomeu. «Estamos muy contentos con este homenaje y nos parece una buena idea darle un poco de vida a la calle. Es una bonita manera de seguir la 'labor' de mi padre», expresó Ana Escandell hija del florista, quien estuvo además acompañada por su hermano Jordi.
Tras esta primera iniciativa, que tenía como objetivo fundamental animar la calle y que dejara de parecer que estaba abandonada, la idea de Juan Ferrer es seguir organizando eventos de este tipo para que se conozca como se merece el pasaje de Xumeu de ses Flors. N. Salazar