D
os entidades, Cáritas y Fundación Deixalles, con el mismo objetivo: conseguir la reinserción sociolaboral de personas que pertenecen al colectivo en riesgo de exclusión social a través de talleres en los que, además de aprender un oficio, también reciben formación básica.
Cáritas inauguró hace algunas semanas las instalaciones de su taller A tot drap, donde 12 personas becadas seleccionan la ropa que se recoge en las parroquias de la isla y las tiendas que la entidad tiene por toda la isla. «Antes hacíamos la selección de ropa en la parte trasera de la tienda de Eivissa, pero nos dimos cuenta de que era un espacio muy reducido en el que se generaban tensiones entre las personas», cuenta Beatriz Cuchí, coordinadora de este taller en el que han recogido 80 toneladas hasta noviembre de las cuales se consigue aprovechar un 60 por ciento: «El ritmo de trabajo que siguen es sencillo. Cada persona tiene una mesa en la que van abriendo las bolsas que nos llegan y seleccionan por tipo de prenda y género, de manera que más tarde se colocan en una bolsa de plástico, por ejemplo, los pantalones de mujer en una estantería». Cuando algunas de las tiendas precisa un lote de prendas se pone en contacto con el almacén de Cáritas, que prepara el pedido: «Una vez en la tienda, las prendas se venden a un precio asequible que va de uno a cinco euros, mientras que las personas que no tienen medios económicos reciben vales de trabajadores sociales para conseguir ropa». Las personas que trabajan en este taller pasan una media de tres a nueve meses: «Aunque depende de la situación de cada uno, por ello marcamos unos itinerarios personalizados». Jesús Contreras tiene problemas para regularizar su situación en España: «He llamado a muchas puertas y he recibido una negativa tras otra. Me puse en contacto con Cáritas y empecé a trabajar aquí. La verdad es que no todo es retribución económica porque aquí me siento muy útil sabiendo que ayudo a los demás porque la ropa que seleccionamos la utiliza más tarde gente que no tiene muchos recursos económicos».
La Fundación Deixalles tiene varios talleres de reinserción sociolaboral. Desde hace algo más de medio año promueven la creación de muebles con madera de palés: «La idea es modificar lo menos posible la madera, de manera que si tenemos unos listones de madera muy largos aprovechamos para hacer una mesa de comedor y si hay algunos rotos hacemos casas para pájaros, por ejemplo», cuenta Joan Carles Palerm, responsable de esta fundación. En total, 20 personas se distribuyen en los talleres de electrónica, creación de muebles con madera de palés y en el servicio de atención al cliente de la tienda de segunda mano, que también se encuentra en las instalaciones que Deixalles tiene en el polígono de Montecristo. El número de personas que se dedican a la creación de muebles depende del volumen de pedidos. Asimismo también aceptan propuestas de diseño para futuros muebles: «Es el caso de la cama, por ejemplo. No lo habíamos hecho antes. Nos enviaron un dibujo, adaptamos el diseño y al final conseguimos hacer la cama». Según cuenta Palerm, las personas que forman parte de estos talleres de reinserción sociolaboral suelen pasar una media de tres meses, aunque como en el caso de Cáritas depende de la situación de cada persona, por ello también marcan itinerarios personalizados. En el catálogo se pueden encontrar desde mesas de jardín, taburetes altos y bajos, hasta mesas para el comedor con taburetes a juego. Los precios suelen ser bastante asequibles: «Un conjunto de una mesa con cuatro banquitos cuesta 200 euros, por ejemplo».
En ambos casos, estas entidades enseñan a las personas que acuden a los talleres a tener unas habilidades laborales marcadas, por ejemplo, la puntualidad, presentar un aspecto cuidado e higiénico a la hora de ir a trabajar, el trabajo en equipo, la asistencia y la responsabilidad, entre otros muchos aspectos. Tanto Cáritas como Fundación Deixalles disponen además de un servicio de orientación laboral. María José Real