La llegada de las fiestas navideñas y el hecho de que en muchas empresas se aprovechen los meses de invierno para dar vacaciones a sus empleados están permitiendo que las agencias de viajes mantengan un nivel de actividad bastante similar al de otros años en temporada baja, si bien la crisis no deja de pasarles factura con una caída en la cifra de negocio de entre un 10% y un 20%, según apunta el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes d'Eivissa y Formentera, Antonio Torres.
«La gente que antes se iba un mes de vacaciones a Tailandia ahora se va 15 días o escoge un destino como Túnez o Egipto, mucho más barato. El número de clientes se mantiene aproximadamente igual que otros años, pero por facturación calculo que en Eivissa se está perdiendo entre un 10% y un 20%», asegura el también vicepresidente de la patronal balear. «Se sale prácticamente igual pero se intenta, además de que ya el propio mercado tiene ofertas más baratas que otros años, ajustar más el menguado presupuesto a las posibilidades existentes», añade.
Las estrecheces económicas también se están notando en el aumento de las reservas de última hora, un fenómeno que se debe tanto a que «la gente espera más porque necesita saber realmente de cuanto dinero va a disponer para gastar en sus vacaciones», pero también por el aumento de cazadores de gangas de último minuto, reconoce Torres.
Más cerca y más barato
En este contexto, dentro de los destinos más exóticos ganan terreno los más cercanos o baratos (Norte de Àfrica o el Caribe) frente a otros más exclusivos como los orientales. Al mismo tiempo, la debilidad del dolar y de la libra respecto al euro también están aumentando la demanda de países como Estados Unidos o Reino Unido.
«Aunque no dispongo de datos concretos, habrá habido un aumento de demanda en Londres para ir a hacer compras navideñas», explica el responsable de la patronal. «La paridad libra/euro estaba hace una semana a 1,05 lo que significa que la libra ha perdido un 30% de su valor en lo que va de año. Para la gente que va allí es bueno porque el hotel le cuesta un 30% menos, igual que las compras o el restaurante», añade.
Además de la contratación de paquetes vacacionales, en las Islas se dan dos circunstancias que condicionan la actividad de las agencias de viajes fuera de la temporada turística y que han mostrado un comportamiento diferente a la tendencia marcada de una demanda similar a la de otros años y el acortamiento de los plazos de reserva.
«En Eivissa se dan dos excepciones. La primera es que, cuando los hoteles cierran por el fin de la temporada, la gente regresa a su casa. Esto ha bajado mucho en función del menor número de trabajadores en el sector que se han registrado», revela Torres. «La otra excepción es la gente que vive aquí todo el año pero que aprovecha las Navidades para ir a visitar a su familia. Estos sí que reservan con más antelación porque son un grupo o necesitan ir con el coche y no pueden esperar al último momento para no correr el riesgo de no encontrar plazas y no poder salir a pasar las fiestas», concluye.
«Hay una tercera excepción, los clientes que piden un viaje concreto y no les importa el dinero, pero de estos, desgraciadamente, nos encontramos pocos», añade con humor el directivo.
La situación que genera el auge de las ventas por internet y la rebaja de las comisiones que ofrecen las líneas aéreas están complicando cada vez más la actividad de las agencias de viajes, que deben buscar una adaptación para conseguir mantener un mínimo de rentabilidad.
Una de estas adaptaciones, la que más puede acabar notando el público en general es la de establecer cobros por cualquier gestión o reserva que se realice en la agencia, sin necesidad de que se compre finalmente el billete.
«Antes de esto un cliente iba a cinco agencias, cada una hacía todo el trabajo como si emitiera el billete pero sólo lo compraba en un establecimiento, por lo que los otros hacían el proceso en balde», explica Torres. «Ahora hay agencias en las que vas a pedir que te miren un billete y lo primero que te piden son 10 euros. Si usted compra, es un pago a cuenta; si no lo hace, es un pago por tenerles ocupados un cuarto de hora. Todavía no está estandarizado cobrar estas operaciones pero creo que estamos abocados a ello», añade el presidente de la patronal.
Con la situación económica registrada en 2008, Torres considera que el año se puede calificar de «regular» en el que las agencias integradas en los grandes grupos de touroperadores habrán sufrido importantes pérdidas de ingresos mientras que las que tienen otras vías de negocio «pueden haber ganado incluso algún euro más». La perspectiva para 2009 no es mucho mejor e, incluso, la facturación puede verse afectada por el recorte en los precios que ofrecen los touroperadores. «En junio ya dijeron que habría que hacer un esfuerzo con los precios y en enero supongo que llamarán pidiendo algún recorte o algunas ofertas porque no vendan bien los paquetes», prevé.