Beni y Margarita acudieron ayer a Sant Antoni con la intención de disfrutar del día de su patrón y recibir la bendición del obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura. Tras algo más de una hora de espera decidieron abandonar el pueblo con Hellen, su dueña, y dos de sus amigos que se sumaron al día festivo, cuando finalmente la comitiva de autoridades encabezada por el obispo llegó al ayuntamiento de la localidad para iniciar la bendición. «Están un poco nerviosos porque no se llevan bien con los perros. Siempre intentan atacarlos porque son enemigos por naturaleza. Antes tenía caballos, pero un día decidí tener dos burros porque comen de todo, son muy tranquilos y son más fáciles de cuidar que los caballos», explicó Hellen, que llegó a Sant Antoni con sus dos burros, Beni y Margarita, desde cala Compte. Ellos no fueron los únicos animales que recibieron el agua bendita. A esta cita acudieron también hurones, serpientes, conejos, cobayas, chinchillas, peces, gatos, pero sobre todo perros de todas las razas y tamaños. Algunos de ellos, como las serpientes, tuvieron que pasar en primer lugar porque no soportan el frío durante mucho rato, según comentaron algunos dueños de estos animales.
El día festivo empezó oficialmente con la casi hora y media de misa solemne oficiada por el obispo de Eivissa. Poco después, los numerosos fieles que siguieron la homilía dentro de la iglesia se dispusieron a alzar las figuras que minutos más tarde saldrían en procesión. Una de ellas era la Virgen del Rocío, que si bien tuvo algunos inconvenientes para encontrar voluntarios que la sacaran en procesión finalmente brilló como sólo ella sabe hacer entre quienes no quisieron perderse el paso procesional. Minutos después, el grupo folclórico Brisa de Portmany se subió a los carros para desfilar ante la atenta mirada de los que no quisieron perderse la fiesta tradicional, entre ellos, muchos turistas que no pararon de hacer fotos.
La jornada festiva acabó con el guateque que tuvo lugar a partir de las 21'30 horas en la carpa municipal. Allí, los asistentes pudieron disfrutar con los temas de Luis Aguilé, aunque sin duda la canción más coreada fue Es una lata el trabajar.
María José Real