Ricardo del Àrbol es el coordinador general y uno de los fundadores de Dignidad, una Ong que nació en Eivissa y que trabaja para el desarrollo de Mozambique desde hace 14 años. Uno de los proyectos más ambiciosos en los que están embarcados actualmente es la creación en el país de un centro permanente para formar a futuros profesores de la región.
-¿En qué consiste este proyecto de formación de docentes en Mozambique?
-Desde hace años formamos a profesores que luego trabajan en las distintas escuelas. Nuestra idea es crear un Instituto de Magisterio y Perfeccionamiento Pedagógico, es decir, un centro estable donde recibirían formación los futuros profesores. Para ello estamos en contacto con el Ministerio de Educación de este país, pero es un proyecto que requiere muchos recursos económicos y humanos. En abril viajaremos a la región para supervisar los proyectos ya implantados y para seguir trabajando en éste .
-Desde que se creó Dignidad en 1994, ¿cómo ha evolucionado su labor?
-Al comienzo nuestra labor era puramente asistencial. Suministrábamos ropa, comida y material didáctico. Nos damos cuenta de la importancia fundamental de la educación. En 1996, Dignidad, una ONG para la cooperación al desarrollo, da un salto cualitativo. En ese momento había cerca de 100.000 huérfanos, muchos desplazados por la guerra y casi la tercera parte de la población estaba en otras regiones. En ese año, el Govern Balear financia la construcción de una escuela en Sikwama y dos año después se llega a distintos acuerdos con el Ministerio de Educación de Mozambique y entonces se comienza una labor con proyectos en la zona de larga duración.
-¿Cómo son las líneas de actuación de Dignidad?
-Por un lado, tenemos los programas de desarrollo de zonas que comprenden un largo periodo, que en muchos de los casos dura años, y, por otro, tenemos proyectos puntuales cómo los que hacemos en casos de emergencia. Éste es el que hicimos en la población Marcaçáo el pasado año, que duró desde marzo a noviembre. Nuestro trabajo se centra en la educación y en este sentido proporcionamos lo más básico, como apoyo para construir infraestructuras, formamos docentes y trabajamos en la educación básica de niños y niñas.
-¿Y cómo trabajan en Eivissa?
-Aquí lo que se hace principalmente es un trabajo de sensibilización para que los ciudadanos conozcan la realidad de este país y se busca colaboración para financiar los proyectos.
-Trabajan en varias regiones de Mozambique. ¿Únicamente en este país?
-En un principio sí, pero hace un tiempo entramos en contacto con un organismo que trabaja en la zona de Marruecos de Ouarzazate. allí son de etnia Bereber y por tanto nómadas. Creemos que no pueden cubrir el derecho básico de la educación sin necesidad de perder su identidad. En este sentido, el proyecto que estamos elaborando con entidades que trabajan en la zona es crear una escuela móvil que empiece a funcionar en el curso 2009-2010. Básicamente consistiría en una tienda de campaña, como las que ellos utilizan, infraestructuras móviles como pizarras o pupitres, material didáctico y los salarios de los docentes. El presupuesto necesario rondaría entre los 15.000 y los 20.000 euros.
-¿La crisis financiera afectará mucho a los proyectos de cooperación al desarrollo?
-Sin duda en algo afectará, pero las consecuencias reales se verán a largo plazo. Las instituciones de momento no han recortado gastos en la cooperación al desarrollo y el Govern Balear aportó en el ejercicio anterior un 0,7 por ciento.
Junta directiva: Presidenta, Dina Flores; Vicepresidente, Juan Carlos Palacios; Secretario, Alfonso José Molina; Tesorera, Elizabeth Molina.
Personal: Coordinador General, Ricardo del Àrbol, y Responsable de Administración, Raquel Ríos
Objetivos: Educación infantil y de docentes
País de actuación: Mozambique
Gastos 2007: 269.742,30 euros
Socios: 600 aprox.