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Rito republicano

Además de los tradicionales actos en el Cementeri Vell y en es Campament, se pidió en el Ayuntamiento de Vila la retirada de la Medalla de Oro de la ciudad a Franco

Catalina Ferrer, que en la imagen aparece sentada, fue la encargada de abrir el acto. FOTO: IRENE G. RUIZ

S. P. / G. R.

El Fòrum per sa Memòria de las Pitiüses presentó ayer en el registro de entrada del Ayuntamiento de Vila la petición para que el próximo pleno del Consistorio aborde la revocación del acuerdo de 1970 por el que se concedía la primera Medalla de Oro de la ciudad al dictador Francisco Franco.

«Existen muchas razones para pedir la retirada de la medalla pero se resumen en que se trata de un acto necesario de higiene democrática», explicó ayer el presidente del Fòrum, Luis Ruiz Val.

«Todo este proceso debería haber partido del Ayuntamiento, debería haber 'actuado de oficio' por decirlo de alguna manera, pero nos sentimos felices de poder actuar de catalizador y ponerlo en marcha», afirma el representante de la entidad.

A partir de ahora el Fòrum se mantendrá a la espera «de alguna respuesta» por parte del ejecutivo de Lurdes Costa. «Si no hubiera ninguna reacción, entonces seguro que pasaríamos a algún tipo de movilización», relató Ruiz Val.

«Somos optimistas porque cuestiones similares han salido adelante en otras ocasiones. Si Bàrbara Munar ha sido valiente y ha procedido a retirar la medalla de oro y brillantes que le concedió al antigua Diputación de Mallorca, por qué no se iba a poder hacer aquí», consideró.

Acto de homenaje

«Si la solución es querer, queramos». Con estos versos inició Catalina Ferrer las lecturas poéticas que se realizaron ayer junto al monumento a las víctimas de la Guerra Civil que existe en el Cementeri Vell de Vila.

Este recital y la ofrenda floral fueron el acto principal que el Fòrum organizó en el aniversario de la proclamación de la II República.

El acto homenaje a las víctimas del franquismo tuvo en Formentera un especial recuerdo a los fallecidos en sa Colonia Penitenciària de la Savina y para la población femenina que sufrió el ensañamiento de la represión.

Los redactores del manifiesto recordaron que «finalizada la guerra, España se convirtió en un gran campo de concentración y exterminio; y Formentera albergó el campo más duro de Balears. Al menos 58 hombres murieron aquí de hambre».

«En Formentera, una isla que sufrió una salvaje hambruna, muchas mujeres daban parte de su escasa comida a otros presos, otras ayudaron a los huidos y otras se hicieron cargo de la casa y los hijos porque el hombre de la casa estaba en prisión. Sin ellas, sin su dignidad y lucha, este sería un país totalmente diferente», añadía el manifiesto.

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