Uruguay (1980). Ha sido actor infantil de teatro y televisión en su país natal. Llegó a ejercer de fotógrafo de bodas y cumpleaños en Uruguay. Aunque ha estado vinculado toda su vida al mundo artístico, estudió Economía. «Me gustan mucho los números», confiesa. La crisis de Uruguay le trajo a Eivissa en 2003 donde se dedica a animar fiestas como el payaso Cachirulo, su nombre artístico, mientras que Marcelo es cuentacuentos en los colegios.
-¿Lo de hacerse payaso fue una necesidad o es vocacional?
-Vocacional. Todo el mundo me decía que tenía que ser payaso porque hacia muchas bromas. Trabajé en teatro infantil haciendo de payaso y me gustaban mucho los niños. A los 12 años me llamaron para animar una fiesta de cumpleaños y yo no tenía ni idea. Después pasaron años y pensé que sería un buen trabajo, me gusta, probé y ahí sigo.
-¿És como payaso el alma de las fiestas de sus amigos?
-Un poquito. Si están todos apagados digo: «¡Vamos a hacer un juego!».
-¿Le identifican sin el disfraz?
-Trabajo en colegios a los que voy de Marcelo. Unos dicen que Cachirulo es uno y Marcelo es otro y otros dicen que Marcelo se transforma en Cachirulo, como Superman y Clark Kent.
-¿Es fácil hacer reír a un niño?
-Para mí sí. Todo eso te lo hace la experiencia y vas creando muchos recursos. Los que más me gustan es cuando vienen los niños bloqueados por sus historias. Me encanta cuando un niño se ríe fácilmente pero cuando está bloqueado es un desafío. Si está con miedo o tímido, me encanta el desafío de conseguir su sonrisa.
-Cuando se despierta de malhumor, ¿tiene ganas de hacer de payaso?
-Cuando estoy en casa digo: «Uff, hoy no me apetece», pero ya sé que es entrar en el cumpleaños y se me olvidan todos los problemas. Juego al fútbol y he ido a fiestas con la pierna escayolada y no se han dado cuenta.
-¿Es rentable ser payaso?
-Es un trabajo como todos. Es como una empresa, te puede ir bien o mal, está en tí, en que prestes un buen servicio.
-¿Piensa dedicarse siempre al espectáculo infantil o tiene otras miras profesionales?
-Me gustaría dedicarme a la docencia más adelante. Dar clases, enseñar a otros payasos y cuentacuentos. En cuanto a clown, he hecho cursos con Eric de Bont y me ha aportado muchas cosas. Con Encarna de las Heras he crecido mucho. Me ha enseñado los cuentacuentos y me gustaría transmitirlo, viajar a países en vías de desarrollo y enseñar a padres a contar cuentos a sus hijos.
-¿Cuál es el número más demandado en su fiestas?
-El show de Cachirulo. Ahora nos piden mucho Mickey Mouse. Trabajo con la payasa Amapola, que es una actriz buenísima. Hemos crecido mucho los dos juntos, fusionando el estilo teatral y el de animación.
-¿Fofó o Charlie Rivel?
-Charlie Rivel. Quizás a los niños les llama más la atención Fofó pero yo no me considero un payaso de ese estilo. Tengo mucho de clown. Intentaría pillar cosas de las dos, pero más de Charlie Rivel.