Durante unas horas, los jóvenes estudiantes de 3º de ESO de los centros educativos de las Pitiüses que participen hasta los primeros días de junio en el programa Joves per la mar sentirán en su propia piel cómo vive un marinero. Además, aprender cómo se construyó un velero como el Cala Millor, a hacer nudos marineros o izar las velas. Pocos de los 15 alumnos que ayer navegaron en esta goleta pailebote habían viajado en una embarcación de estas características y Marcela, una de las alumnas, era la primera vez que se subía a un barco, aunque esto no parecía preocuparla. Un grupo de alumnas confesaba que era la primera vez que participaban en la actividades y expresaron que «lo que más nos apetece es ver como se despliegan las velas», apuntó una de ellas. También van a visitar distintos faros y una de las torres de defensa para que puedan conocer las funciones de estas edificaciones.
En estas rutas por aguas pitiusas participan todos los institutos de las islas y por él han pasado desde que comenzó la actividad en 2001 más de 5.000 estudiantes. En concreto el año pasado navegaron en la embarcación 580 estudiantes, según los organizadores.
Estaba previsto que las rutas de Joves per la mar se hicieran en el velero 'Thopaga' que fue declarado Bien Cultural (BC), pero aún se encuentra en aguas francesas. «Estamos muy contentos porque tanto Francia como Reino Unido quieren ayudarnos a reflotar y a reconstrucir el 'Thopaga'», explicó ayer el propietario de las embarcaciones, Gerald Delgado Pardo. Mientras se recupera esta embarcación, el velero Cala Millor le hace de sustituto.
«El mar es el gran desconocido y parece que Eivissa termina donde acaba tierra firme. Por esta razón desde el Consell es tan importante apoyar estas actividades que hacen que se conozca la navegación tradicional por parte de los jóvenes», explicó Mario Avellaneda, conseller d'Esports. Natalia Salazar