El curso municipal de pintura de Sant Jordi que comenzó el pasado mes de octubre y concluye a finales de julio, celebró ayer una salida para realizar su clase de pintura. El lugar elegido fue la plaza de la iglesia de Sant Jordi donde se buscó el mejor ángulo para inmortalizar la estampa. Desde primera hora de mañana y hasta las 13,30 horas los estudiantes cargados con sus pinceles y caballetes, se dedicaron primero a esbozar y encajar los dibujos, y luego a darles color y volumen.
No es la primera vez que este curso de pintura realiza una salida de este tipo, sino que el pasado mes de abril estuvieron en los alrededores de la torre de defensa Sal Rossa donde también pudieron experimentar la sensación de pintar al natural. Además, este curso de pintura ha tenido un gran éxito entre los participantes, entre los que hay desde personas de más de 70 años hasta niños de 8 años. N. Salazar
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