Médico anestesista del hospital Can Misses. Nació en Nochebuena (Huelva, 1947). Sus progenitores, de Almería y de Sa Cala, se conocieron en el año 1936 cuando su padre y su abuelo vinieron a Eivissa para hacer la carretera de Sant Joan a Sa Cala, interrumpida por la Guerra Civil. Licenciado en Medicina por la Universidad de Granada, reside en Eivissa desde 1975. Este ibicenco/andaluz compagina su vida profesional de anestesista en Can Misses con la política, primero como afiliado en la UGT y después en 1990 con el PSOE desde donde defiende la sanidad pública. Es campechano y muy parlanchín, sobre todo, con sus amigos.
-¿Por qué un hijo de guardia civil se hizo médico?
-Porque me gustaba, tenía amigos del pueblo que estaban en la Universidad y me hablaban muy bien de Medicina. De mis seis hermanos, tres hicimos Medicina. Me dio por ahí.
-¿Qué hay de cierto en lo que dicen de que los médicos son muy distantes?
-No es cierto. ¿Te refieres al trato personal? ¡Hombre! ¿Me ves distante? (risas).
-No, pero usted no es un caso muy habitual.
-No. Una de las cosas fundamentales, a parte de ser un buen médico, es el trato humano, ganarse la confianza, ser amable y que la gente te trate como un igual. Con eso tienes ganado parte de lo que quieras conseguir. Es fundamental en la vida del médico. Tengo una relación muy buena con todo el mundo y trato de ser lo más cercano posible. No creo que sea ni más ni menos que en otras profesiones.
-¿Qué le pone enfermo de la isla?
-Agosto por el agobio de la gente. Uno está acostumbrado a la tranquilidad del invierno y la primavera. Me pone un poco de los nervios por los coches, la forma de conducir y el comportamiento de los que vienen. Entiendo que están alegres pero uno ya se ha acostumbrado a la vida relajada y tranquila. Pocas cosas de la isla me caen mal.
-Es uno de los socialistas veteranos en Eivissa que está en activo. ¿Por qué cree que no ocupa ningún cargo público?
-En realidad estuve en la oposición en Santa Eulària. Los cargos públicos los deben ocupar jóvenes, más integrados en el partido y que les guste dedicarse exclusivamente a la vida pública. Luego estamos la inmensa mayoría, que tenemos nuestro trabajo y estamos muy contentos. Yo no he dejado de trabajar ni un solo día por causa de la política. Me ha gustado mi profesión y eso ha sido lo primero.
-¿Qué le parece la afiliación al PSOE de Lurdes Costa?
-Pues muy bien. Lo raro es que no se hubiera afiliado antes, porque siempre ha ido como cuota del PSOE. Adquirir un compromiso de un partido, aunque haya cosas que no te gustan, debe ser un acto de responsabilidad por parte del que lo hace. Aprecio mucho a Lurdes. A mí me costó tres meses hacerlo y a ella un poco más, pero al final hemos llegado a lo mismo y me gustaría que otras personas también lo hicieran.
-¿Cómo quien?
-Pilar Costa, por ejemplo. La aprecio y respeto mucho pero me gustaría que tomara esa decisión. Es una cosa muy personal pero chapeu por adquirir un compromiso.
-¿Qué le quita el sueño a alguien que se dedica a anestesiar a los demás?
-Hacer las cosas bien. En nuestro trabajo, a pesar de que mucha gente no lo entienda y esté más preocupada cómo le va a quedar la cicatriz, tenemos que controlar la situación y no todos los pacientes son iguales. No me quita el sueño pero me preocupa siempre.
-¿A quién anestesiaría?
-Me gustaría dormir a los prevaricadores, a los que se aprovechan de sus cargos públicos y a los que engañan. A los que no tienen comportamientos honorables.
-¿Confía en que antes de jubilarse estará el nuevo hospital?
-Me quedan tres años para jubilarme. No estará el hospital pero espero que alguno de los módulos esté terminado. Seguiré dando caña para que se haga.
-¿Qué va a hacer cuando se jubile?
-Uy! Tengo una casa en el campo y me estoy convirtiendo en un pagès: tengo un huertecito, un barco para ir a pescar y muchos libros pendientes de leer.