El principal imputado de la trama Gürtel, el empresario Francisco Correa, trató de ponerse en contacto con el conseller d'Habitatge i Obres Públiques del Govern balear, Jaume Carbonero, con la intención de que influyera para conseguir una resolución favorable por parte de un funcionario público en la paralización de la construcción de una vivienda que el empresario posee en Punta Grossa, en Sant Vicent.
Así aparece en la relación de llamadas intervenidas a Correa recogida en el sumario del caso levantado parcialmente, en cuyo desglose de interlocutores aparece una conversación entre Correa y Pep Torres -arquitecto del estudio Planas-Torres & Asociados dedicado a arquitectura y urbanismo de Eivissa-, en la que éste le informa de que el Consell de Eivissa ha denunciado el «exceso de edificación» en relación al proyecto inicial de la vivienda de Correa, y por eso las obras están paralizadas.
Gestiones con Pep Torres
El arquitecto da cuenta entonces a Correa de las gestiones realizadas ante el aparejador del Ayuntamiento de Sant Joan, y le comenta que hay dos vías para resolver la situación. La primera, la «vía normal», consiste en la «elaboración de un informe que ya ha presentado al Consistorio para que el aparejador diga que la construcción está dentro de la legalidad, es decir, de acuerdo con la licencia de obra y lo remita al Consell».
Y la segunda, consiste en proponer a Jaume Carbonero, a quien identifican como miembro de IU, para que «éste intermedie con el fin de desbloquear la situación». El sumario identifica a Carbonero como consejero de Vivienda balear y recoge su DNI.
Un sobre o un reloj
«Correa valora asimismo la posibilidad de llevar un reloj (Cartier o Rolex) o bien un sobre con 6.000 euros al aparejador con el fin de que dé el visto bueno a las obras», recoge el sumario.
Así, el empresario y el arquitecto ibicenco conversan el 31 de octubre del año pasado y dialogan sobre la situación. Torres comenta literalmente que la parcela territorial del Consell de Eivissa «está en manos de IU, que invaden a los ayuntamientos con denuncias sobre muchas obras y envían celadores a los municipios».
En ese momento, Correa pregunta a Pep Torres si procede a hacer «las gestiones con Izquierda Unida» (refiriéndose a Jaume Carbonero, al que erróneamente identifican como miembro de IU), a lo que Torres le dice «no, todavía no». En ese momento, el empresario responde «vale, porque tenemos ahí al máximo, al número uno, para que llame a Eivissa y diga, oye no toques los cojones aquí». Justo después, el arquitecto le pregunta «quién es el Maxi». «El máximo mandatario», apostilla Correa.
«Ah, él», dice Torres, a lo que Correa vuelve a decir «el número uno. Para que llame allí y diga, oye, no toques los cojones aquí ¿eh?». Es mucho más interesante hacer negocios con IU que con el PSOE o el PP. Para que lo sepas», recoge el sumario en la relación de llamadas intervenidas al líder de la trama, lo que se interpreta como un intento de tráfico de influencias.
El Govern lo niega
Conocida esta información, extraída del levantamiento parcial del sumario, el Govern balear emitió ayer tarde un comunicado en el que asegura que Carbonero «no ha tenido ninguna relación telefónica ni personal con las personas que se mencionan». Igualmente, la nota refleja que «queda de manifiesto que en ningún momento existió contacto ni identificación de las llamadas mencionadas». Finalmente, el Govern remarca que «el número de teléfono que aparee en el sumario no corresponde ni ha sido nunca del conseller d'Habitatge i Obres Públiques».
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Según recoge el sumario de la investigación, Correa llamó el día 4 de noviembre del año pasado al conseller d'Habitatge balear con el fin de que «éste influya para conseguir una resolución favorable por parte de un funcionario público». No pudo hablar con él y le dejó un mensaje en el buzón de voz.
«Soy Paco Correa, ¿te acuerdas de mí? Me imagino que sí, soy el de la casa de Punta Grossa, que el Consell en principio nos ha parado la obra, bueno, me gustaría hablar contigo para cambiar impresiones y sobre todo para que des instrucciones al aparejador de tu ayuntamiento para que haga la visita con Pere Torres de que no nos hemos salido de la licencia, que no estamos construyendo más edificabilidad, estamos en lo permitido, te pediría por favor que me llamaras si eres tan amable», recoge el extracto del mensaje de voz intervenido. El sumario señala que Correa volvió a llamar a Carbonero el 8/11/08, y le dejó otro mensaje de voz, donde reconoce que la casa de Punta Grossa (Sant Joan de Labritja) es suya, que ha sido paralizada por el Consell y que necesita que vaya el aparejador para verificar que todo es correcto. Le dice que le gustaría hablar con él y le gustaría que fuera el aparejador, como él es el teniente de alcalde, que se desplace a Eivissa y que por favor se ocupe, que lleva cuatro años con la casa parada. Anteriormente, el 5 de noviembre de 2008, Correa apunta a que si localiza a Jaume, «coge una avioneta y se marcha a Eivissa, y en una conversación con Torres, éste le da el número de teléfono de Jaume», según recoge el sumario.
La investigación del 'caso Gürtel' señala que el ex director gerente de la Fundació Balears Sostenible Pau Collado daba instrucciones de cómo confeccionar los servicios para la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda de la localidad madrileña de Boadilla del Monte, con hoja de costes «sin presupuesto y sin importe», para conseguir la firma del también imputado Alfonso Bosch y negociar la inclusión de un precio superior al real. Alfonso Bosch, diputado de la Asamblea de Madrid e imputado en este caso por cohecho y tráfico de influencias, era el director de la citada empresa.
Así lo recoge un informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal, que señala que Collado sería la persona que firmó el alquiler del piso en Madrid donde se depositaba información sensible del entramado empresarial de Correa.
En ese informe también se expone que Collado participa en proyectos de inversión inmobiliaria en Colombia con el líder de la presunta trama corrupta. Asimismo, se afirma que Collado decidía a qué empresas cargar la facturación de los eventos en Boadilla organizados por Easy Concept, para evitar «problemas» con la intervención judicial.
Otra de las actividades que se le atribuyen es el diseño, junto a Pablo Crespo, de la estrategia de creación de nuevas sociedades de eventos, encargándose de la contratación del nuevo personal.