L. AVERSA/C. CIRES
El Ayuntamiento de Eivissa cuenta en la actualidad con 42 expedientes abiertos a edificios de la ciudad por su mal estado, de los cuáles 14 han sido declarados en ruina y, aún así, algunos continúan habitados.
En el marco de la tragedia ocurrida en Palma la noche del domingo al lunes con el derrumbe de un edificio que sepultó mortalmente a siete víctimas (ver páginas de 12 a 15), Ultima Hora quiso saber cuáles son los mecanismos que tienen los consistorios ibicencos para conocer el estado de los edificios, a pesar de que éstos son responsabilidad de los propietarios.
En este sentido, cabe destacar que de los cuatro ayuntamientos consultados, Vila, Sant Antoni, Sant Josep y Santa Eulària, el Ayuntamiento de Eivissa es el único que realiza inspecciones a inmuebles desde la concejalía de Vivienda y Núcleo Histórico y, sobre todo, en el casco antiguo, desde que puso en marcha el registro municipal de solares para obligar a los propietarios a arreglar sus viviendas si se descubre que sufren «fallos estructurales graves».
Bajo la Ordenanza de conservación de edificaciones terrenos, instalaciones y otros bienes inmuebles, que incluye desde reparación de fachadas hasta mantenimiento interno e instalaciones, el Consistorio suma a las 14 declaraciones de ruina 13 inmuebles cuyos propietarios ya han sido informados de que deben llevar a cabo diversas reparaciones, y otros 15 edificios que están siendo reparados, algunos por cuenta del ayuntamiento de forma subsidiaria y otros por parte de los mismos dueños. Estos últimos 28, que completan los 42 expedientes abiertos, sí están habitados.
Por su parte, Sant Antoni también cuenta con una ordenanza de Ornamento, conservación y mantenimiento, pero no tiene por obligación una inspección técnica de edificios. Aún así, desde el Consistorio aseguraron que «si se observa que un inmueble está mal cuidado se puede ordenar el arreglo» o realizar una actuación de forma subsidiaria en el caso de no lograr que el propietario proceda al arreglo de su inmueble.
Los ayuntamientos de Sant Josep y Santa Eulària carecen de normativas de conservación de inmuebles, aunque sí actúan en caso de denuncias. En Sant Josep, el más reciente fue el derrumbe de las viviendas de Sa Caixota, mientras que Santa Eulària cuenta actualmente con un expediente de ruina en el juzgado de un inmueble deshabitado, cuyo dueño no ha respondido a la solicitud municipal de arreglar la propiedad.