Llevo fuera de casa desde los 18 años. He compartido habitaciones y piso. Desde hace cuatro años estoy completamente en la calle. Ahora tengo 27 años, no tengo trabajo, no tengo familia y asuntos sociales da muy poca ayuda. Llevo en la isla casi tres años y medio», afirma Aitor Pérez, que vive en la antigua Comandancia Militar de Eivissa desde hace casi dos años. El malagueño Jorge Domínguez está en Eivissa desde hace cuatro meses y como su compañero Aitor también vive en la Comandancia: «Venimos casi cada noche a la Cruz Roja porque sabemos que nos van a ayudar, que nos van a dar algo de comer. Tengo un hermano en la isla, pero por circunstancias de la vida es como si no lo tuviera; no le puedo pedir ayuda». Aitor y Jorge acuden casi cada noche al parque Reina Sofía de diez a once para conseguir un caldo caliente, un café, un bocadillo o una manta gracias a la Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) de la Cruz Roja.
Las cifras
Desde que empezara su ruta por Figueretes, Comandancia, plaza del Parc y ses Feixes de Vila el pasado 7 de septiembre la UMES ha atendido hasta la fecha a 204 personas: «Y creemos que irá a más porque hasta el martes pasado habíamos atendido a 185 personas y siete días después esa cifra ha subido hasta 204. Ahora que empieza el frío de verdad y se acercan las fechas de Navidad hay más gente que acude a nosotros», afirma Chantal Portier, coordinadora de noche de la UMES, quien añade que los festivos navideños que caen entre semana (Nochebuena, Navidad y Nochevieja) también saldrán a prestar este servicio a la población que vive en la calle: «El estómago no entiende de fechas», puntualiza.
Las tres áreas que más usuarios concentran son, por este orden, párking del parque Reina Sofía por su proximidad a la antigua Comandancia Militar, plaza del Parc y ses Figueretes. El equipo de voluntarios, personal sanitario y servicios sociales se reúne de lunes a viernes a partir de las siete de la tarde en la sede de la Cruz Roja para preparar la comida y el material que necesitan para la noche. «Hay empresas que colaboran mucho con nosotros como Eroski y Bimbo, pero aún así nos hace falta más apoyo porque aunque no lo creamos hay mucha gente en la calle», explica Portier. La primera vez que un usuario acude a la UMES se le proporciona un kit de higiene que incluye un cepillo de dientes, preservativos, manta, un chubasquero y una manta. «Desde hace algunos días hemos incluido el servicio de jeringuilla para que ellos nos den las usadas y les proporcionamos una nueva», cuenta Portier, quien afirma que por el momento no han tenido ningún problema con los usuarios a los que ayudan: «Al contrario, se muestran siempre muy agradecidos».
María José Real