Huele un poquito mal, pero me ha gustado mucho coger al cerdito y acariciarlo», explicaba la pequeña Yamila de seis años tras soltar a una de las crías de una hembra de porc negre mallorquí selecte, una de las especies participantes en la séptima edición de la Fira del Camp i del Món Rural d'Eivissa y Formentera, organizada por el Consell d'Eivissa y Ferias y Congresos con la colaboración del Govern balear y el Instituto de Biología Animal de Balears, que arrancó ayer con la participación de 50 especies animales, 61 empresas expositoras, cinco más que el año pasado, y 50 stands de artesanía. Como tantos otros niños, Yamila acudió con sus padres, Encarna y Daniel, para disfrutar de la muestra de animales auctóctonos de Balears: «Venimos más que nada por ella, porque se lo pasa muy bien. A nosotros también nos gusta, sobre todo por lo que disfruta ella», explicaron sus progenitores, mientras su pequeña se apresuraba a comentar que tiene un conejo como mascota: «Se llama Stanley y come pienso y mucha lechuga. El animal que más me gusta es el caballo».
Objetivos
Además de promover el encuentro de agricultores y ganaderos an necesario e importante debido a la actual situación económica, uno de los principales objetivos de esta feria es dar a conocer en profundidad el campo no sólo pitiuso sino también balear: «Destaca su carácter divulgativo, sobre todo para los niños; muchos de ellos, por ejemplo, no habían tocado nunca antes un cerdito o una cabra. Esta feria está hecha para dar a conocer el patrimonio genético de Balears al público en general; acercar el campo a la ciudad. De cara a ediciones posteriores queremos mejorar la decoración para que transmita más sensación de campo, pero eso son ideas que tenemos para más adelante», afirmó Javier Serra, uno de los veterinarios que participa en la organización de la feria.
A la muestra de animales, en la que participó por primera vez casi todas las asociaciones de criadores de razas auctóctonas de Balears agrupadas por el Patronat de Races Autòctones de les Illes Balears (PRAIB) se suma la exposición de artesanía en la que asociaciones como Aaple, Es Retorn o las agrupaciones folclóricas explican cómo se elaboran espardenyes o bien explican los instrumentos que se emplean en la música tradicional. «Ahora mismo estoy cosiendo un mantón para abrigar porque antes la gente, tanto los jóvenes como los más mayores, no llevaban abrigos sino mantones para resguardarse del frío», explicó María Torres de la agrupación foclórica Puig d'en Valls con una gran sonrisa. Uno de los stands más concurridos fue el de Amics de la Terra gracias a su panel en el que los visitantes debían introducir la cara para hacerse fotos: «Tenemos también un juego en el que hay que asociar cada fruto con su planta. No es fácil porque hay imágenes que están sobredimensionadas», puntualizó Hazel Morgan, presidenta de esta asociación. De entre las empresas participantes destacan las que fomentan el uso de energías renovables y gestión de residuos, como Ebiona, que se encarga de procesar desechos vegetales para transformarlos en biomasa: «A grandes rasgos se trata de restos vegetales que una vez triturados y procesados se pueden utilizar como combustible que no contamina, abono o decoración para jardines, por ejemplo», señaló Marcos Muñoz, uno de los trabajadores de esta empresa.
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