La abogada ibicenca María T. R., imputada e investigada en la trama Gürtel, señaló ayer a este periódico que se muestra «muy tranquila» ya que, según comentó, espera que se archive la causa «así como ha pasado con otros compañeros que también trabajaron en ese despacho», en referencia a la empresa de Luis de Miguel Pérez, letrado dedicado a administrar las empresas de Francisco Correa.
De hecho, la persona que le sustituyó en la empresa ya ha visto archivada su causa al no haber indicios de colaborar ni tener conciencia de la trama ahora investigada.
A pesar de ser «incómodo» todo el trámite mientras sigue adelante, según confesó, aseguró que lo único que hizo durante su estancia en la empresa de Luis de Miguel fueron tareas «de administrativo». Y es que María T. R. apuntó que entró en el despacho una vez que acabó sus estudios, con una veintena de años. Allí permaneció desde 1995 hasta el 2002, cuando se trasladó a la Isla a ejercer como abogada.
«En la investigación inicial se sacan cosas que no tienen nada que ver y me llamaron porque se me atribuían inmuebles que no son míos, que son de gente que se llama como yo y por eso hemos presentado el escrito oportuno», indicó la letrada en referencia a la confusión del magistrado al preguntarle por sociedades que pertenecen a otra persona con el mismo nombre y apellidos pero con un DNI diferente.
María T. R. apuntó que aparece en tres sociedades de las 64 creadas porque «es una práctica habitual de los despachos, constituir sociedades para luego pasarlas a los clientes y en ningún momento le di importancia».
En cuanto a los 'cabecillas' de la trama, la abogada ibicenca señala que no trató con ellos: «La gente de base nunca tuvimos tratos con esta gente y menos cuando eres novato, sólo el socio». Por último reconoció que se enteró de que Francisco Correa, supuesto responsable de la trama Gürtel, tenía una vivienda en Punta Grossa «por la prensa, cada vez que sale algo me sorprendo».
«Las mismas funciones que las demás»
En el sumario del 'caso Gürtel' aparece la declaración de una de las trabajadoras del despacho de de Miguel en la que se afirma que María T. R. «es otra abogada que trabajó en el despacho (...), creo que antes de Verónica (persona que sustiyó a la letrada de Eivissa)». El fiscal pregunta por los trabajos que desempañaba María T. R. y la que fue administrativa de la empresa entre 1992 y principios de 2009 apunta que desempeñaba «las mismas funciones que las demás, Verónica, Beatriz y..».