Varias personas se detienen ante su escaparate lleno de pequeños y creativos detalles. El negocio, La Marimorena, que Beatriz Bellido Galera ha abierto hace un par de meses en Eivissa, tiene el aspecto de una casa de muñecas. «Quería que fuera un lugar acogedor y sí, parece una casita», comenta Beatriz Bellido. «Ahora mismo, con el mío, tengo el trabajo de 43 diseñadores. La mayoría son andaluces pero también hay alguno de fuera e incluso alguna amiga ibicenca que se ha animado», explica esta joven cordobesa de 25 años.
Hace dos años participó en una muestra de jóvenes diseñadores en su ciudad natal, en cuyo cartel, que atesora enmarcado en la tienda, se puede leer Art can change your life. «Allí llevé mis muñecas personalizadas de diferentes profesiones y también las chapas que hago. Me di cuenta de que gustaban mucho, y no sólo a mi hermana y a mis amigos. Desde luego, a mí me ha cambiado la vida», explica Bellido.
Ahora, además de joven diseñadora, también es una emprendedora que ha querido arriesgar. «Era un momento difícil pero lo tenía claro, además es un lugar donde se le da una oportunidad a jóvenes diseñadores. Aprovecho cuando no hay gente para hacer mis creaciones», comenta, mientras coloca distintos botones forrados para hacer las chapas. Utiliza telas japonesas de las que selecciona diferentes estampados para forrar ella misma las chapas y los botones. «Lo hago todo a mano. Aún no me he metido en hacer ropa», explica riéndose. Sus muñecas de fieltro, también confeccionadas a mano, hacen alusión a todo tipo de profesiones. «Si la chica tiene coleta se la pongo, si lleva el flequillo recto también se lo hago», comenta, mientras muestra una enfermera con el nombre de Mónica. «También las personalizo», añade.