El Ayuntamiento de Sant Josep inició ayer los trabajos de acondicionamiento de sa Casilla, la casa de peones camineros situada en la carretera que une el municipio con Vila, para convertirlo en la primera casa de colonias disponible en invierno de la Isla.
«Sería un magnífico regalo de Reyes para el municipio, y para toda la Isla; el plazo de ejecución es de siete meses y debería estar acabada a finales de enero, pero con Agloisa ya tuvimos la experiencia de que adelantó un mes las obras de Can Jeroni, así que a ver si se cumple nuestro deseo», comentó ayer Maria Ribas, edil de Cultura del Consistorio.
Los trabajos que se iniciaron ayer son los primeros de conversión del edificio de cara a su futuro uso, aunque antes se han realizado otros «que básicamente han consistido en la limpieza y consolidación de la estructura». A partir de ahora, se trabajará para que este viejo alojamiento de trabajadores de las carreteras se convierta en un albergue de dos plantas.
«En la parte de arriba, se instalarán 28 pequeñas camas y en la planta de abajo las duchas, los servicios, un gran salón para desarrollar actividades y un par de habitaciones para personas de movilidad reducida», concretó Ribas.
Aunque la casa se encuentra pegada a la carretera, en su parte de atrás se acondicionará «un patio muy grande» para acoger actividades de los usuarios de la instalación, especialmente dirigida a los niños. Por este motivo, se instalarán juegos infantiles y se habilitará un emparrado que ofrezca sombra.
Gran interés
Ribas explicó que el principal uso previsto es el de realizar actividades para escolares. «Dado que tiene 28 plazas, cada colegio del municipio podría enviar una clase, así que todos los centros han mostrado ya interés por el tema», apuntó la edil, que añadió que «lo que es más sorprendente es que hemos recibido consultas de centros excursionistas, de cicloturismo, kayak y otros deportes ligados a la naturaleza que, desde la Península, preguntaban si estaba ya en marcha la instalación».
Una cesión del Consell por 30 años
Sa Casilla es una casa de peones camineros de 1905 propiedad del Ministerio de Obras Públicas que pasó a manos del Consell cuando éste asumió las competencias, informaron desde el Ayuntamiento. «Desde que llegó al poder el nuevo equipo de gobierno comenzó a buscar un espacio dedicado a finalidades sociales, lúdicas y eductivas (...) y entonces se pensó en este edificio, que es público, estaba en desuso en condiciones de abandono)», añadieron desde el Consistorio.
Los trabajos de reconversión tienen un coste de 306.000 euros y están incluidos dentro de los proyectos financiados en el Plan E del Gobierno.