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Vila cedió 10.000 cruceristas en mayo pero las consignatarias creen que 2010 será un buen año

En la actualidad, los cruceros pueden atracar en es Botafoc o junto a la Marina. | Irene G.Ruiz

| Eivissa |

Un tropiezo que no evitará que este ejercicio sea un buen ejercicio. Así interpretan las consignatarias de cruceros que operan en el puerto de Vila, Transcoma e Ibicon, los datos recopilados por la Autoritat Portuària de Balears (APB) que reflejan una caída de unos 10.000 cruceristas en mayo. Según el organismo público, dicho mes se cerró en Eivissa con la llegada de 15 cruceros con 15.800 pasajeros, cifra sensiblemente inferior a los 26.200 viajeros llegados en 18 embarcaciones durante el mismo periodo de 2009.
«En mayo, en 2009 tuvimos 12 escalas con 10.700 pasajeros y este año hemos hecho ocho escalas, moviendo 8.700 pasajeros, de forma que la media de viajeros por escala fue de 890 y este año son casi 1.100. Además, hemos recuperado este año escalas de una compañía que ya no venía y arriban algunos cruceros de lujo», apunta Antoni Padés, director de Transcoma.
En su opinión, más que una caída puntual se trata de una redistribución de las escalas puesto que «hay barcos que, en lugar de concentrarse todos en mayo, van viniendo en varios meses». «Si vemos la foto fija de un mes podemos pensar que Eivissa ha perdido interés, pero las compañías siguen viniendo y con barcos más grandes».
Desde Ibicon, su responsable, Josep Torres, también descarta que este vaya a ser un mal año para este tipo de actividad. Hasta el 30 de junio han atendido 19 barcos por los 13 del año pasado; pero el cambio es más importante en la cifra de pasajeros: 27.700 este ejercicio por los 3.313 del pasado. «Los datos de la APB son reales pero hay que apuntar que, por la situación de crisis mundial, los operadores y armadores de cruceros han iniciado la temporada más tarde que nunca», apuntó.

Más capacidad
Al mismo tiempo, destacó el hecho de que cada uno de estos buques suele tener mayor capacidad, por lo que mantener o bajar ligeramente la cifra de llegadas no supone necesariamente un impacto negativo. «Los buques de crucero, para poder rentabilizarse, son cada día de mayor porte y los de pequeño, poco a poco, se van retirando del mercado».
«Muestra de ello son las escalas de buques como 'Adventure of the seas' e 'Independence of the seas', que son buques que ofertan más de 4.000 plazas por viaje y ya no escalan los que tienen menos de 1.000 plazas por su escasa rentabilidad», asegura. En este punto coincide Padés. «Los cruceros son un tipo de vacaciones que está de moda y a las compañías les cuesta casi lo mismo mover un buque de 300 pasajeros que uno de 3.000, por lo que se opta por lo segundo al haber demanda», afirmó.

Mejorar las instalaciones
Pero no todo son mensajes tan positivos. Torres recalca que el puerto de Vila tiene un potencial que no se puede explotar al máximo por la «falta de estaciones marítimas, fingers (pasarelas), zona de aparcamiento de autobuses y taxis ni ningún tipo de servicio que represente un aliciente para los pasajeros y compañías».
En esta línea, reclama que la reforma del puerto se inicie lo antes posible ya que esto influirá también «en la llegada de yates de gran porte». El representante de Ibicon, además, pidió que se aproveche la bahía de Sant Antoni para favorecer los fondeos de cruceros.
Igualmente, Padés aseguró que «en los últimos tiempos hemos tenido dos años de fuertes incrementos de cruceros que se debían por problemas de seguridad en Oriente, por lo demás, Vila está estancada, algo que espero que cambie cuando se amplíe el puerto».

El transporte regular se mantiene estable
Los datos de la APB reflejan que, en el caso del tráfico regular de pasajeros, este se mantiene plano, con un descenso que no llega ni al medio millar de pasajeros, de forma que en mayo pasaron por los puertos de las Pitiüses 148.500 pasajeros.
Este pequeño movimiento descendente obedece a una caída de los movimientos en las líneas con el exterior de las Islas, puesto que el tráfico entre Vila y la Savina se incrementó ligeramente. En el primer caso, las líneas de cabotaje han pasado de 53.900 pasajeros a quedar por debajo de los 52.300. En cambio, el tráfico interinsular ha pasado de situarse justo por debajo de lo 95.100 pasajeros a superar los 96.250.
Por último, el movimiento de mercancía también se ha visto reducido de forma sensible, aunque en el cómputo anual se mantiene un 2% por encima de los datos de 2009.

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