Los trabajos de remodelación de la carretera de Sant Miquel han descubierto nuevos restos arqueológicos en los trabajos de excavación, esta vez en el tramo situado justo antes de llegar a Santa Gertrudis desde Eivissa.
Se trata de zanjas de época púnico-romana para el cultivo de viñas y de árboles frutales. Este es el segundo yacimiento que se encuentra en esta vía, ya que previamente se había detectado otro en el tramo que va de Santa Gertrudis a Sant Miquel.
La Ciotupha decidirá
Desde el Consell d'Eivissa confirmaron ayer el hallazgo de estos nuevos restos, que se encontraron la semana pasada. Eso sí, advirtieron de que para conocer su importancia primero se tienen que hacer los pertinentes informes arqueológicos, que tendrán que pasar por la comisión de urbanismo y patrimonio (Ciotupha) de la institución. Este órgano es el encargado de decidir si los hallazgos arqueológicos merecen ser conservados o, por el contrario, sólo deben ser documentados para que se sepa de su existencia y posteriormente se puedan destruir para construir la carretera.
El otro yacimiento, encontrado en junio, podría datar de la época romana, entre el siglo III a. C. y el siglo II. Por su tipología podrían ser surcos para el cultivo de vid y fabricación de vino, algo que no ha sido muy estudiado en Eivissa.
El conseller insular de Mobilitat, Albert Prats, ya advirtió en su día que si estos restos merecieran ser conservados, el carril bici previsto en esta carretera podría pasar por encima de forma elevada.