Toni Pomar, (Vila, 1960). Fotógrafo de profesión y presidente de la Federación de Padres y Madres de Alumnos desde 1997. Alumno de la antigua Sa Graduada y del Santa María, se trasladó a Barcelona para estudiar Fotografia en un centro privado. Es hijo del pintor Antoni Pomar pero nunca pensó en seguir los pasos de su progenitor: «Dibujar no se me daba bien y dentro de lo artístico fue la fotografía lo que me interesó más». Trabajó en los medios de comunicación locales hasta que instaló su propio negocio en 1992, un laboratorio fotográfico que se transformó en imprenta tras el boom digital.
-¿Para lidiar en el mundo de la educación hay que tener carácter o paciencia?
-Las dos cosas. Actualmente más paciencia que carácter. Al final todo llega, pero la mayoría de las cosas llegan tarde. La vida escolar empieza a los tres años y acaba a los 17. Todo pasa muy rápido. Cada vez que se hace un cambio no es para la generación actual sino para la siguiente.
-¿Cuántas veces le ha escuchado a un político decir que el siguiente curso escolar habrá un nuevo colegio en Eivissa?
-Cada curso se oye pero nunca llega. Desde que se empieza a decir eso hasta que es una realidad pueden pasar seis o siete años.
-¿Le han decepcionado los políticos?
-Creo que hacen lo que pueden pero por temas presupuestarios o por el tema de la cris tarda mucho. Creo que ellos tienen el mismo interés que nosotros pero lo que pasa es que la burocracia retrasa mucho los proyectos. Cuando nace el colegio ya está lleno de alumnos.
-Pero el hospital sí se está levantando.
-El hospital sí. Creo que falta un poco de iniciativa y de plantarnos un poco. Cuando hay mucho interés las cosas van más rápidas, como con el hospital o las carreteras. Lo mismo tendría que ser en educación.
-¿Dónde falta interés: en los padres o en la sociedad?
-Creo que es un tema de concienciación social, de que la educación es una cosa necesaria, de que hay que invertir mucho en educación porque lo que no hagamos ahora lo pagaremos multiplicado por mucho más adelante. Hay que concienciarse de que hay que participar en la educación, no es sólo en la escuela sino en la sociedad que es la que tiene que educar y a veces da la espalda.
-¿Qué le da más satisfacciones: la FAPA o la fotografía?
-Las dos cosas. En fotografía cuando consigues algo que andas buscando mucho tiempo y en la FAPA cuando después de perseguir una cosa durante mucho tiempo ves que se crea eso genera mucha satisfacción.
-¿Añora el negativo o es de la era digital?
-No lo añoro, soy de lo digital. Siempre he sido de las nuevas tecnologías.
-¿Hay algo que la saca de sus casillas?
-La verdad es que me cuesta bastante que me saquen de mis casillas; pero la incompetencia y la incompresión, sí.
-¿Se considera más tímido o prudente?
-Creo que soy más tímido que prudente.
-Pues con el cargo que tiene en la FAPA lidiando con la educación...
-La verdad es que cuando asumí el cargo de presidente de la Federación de Padres y Madres de Alumnos pensé: «¡Uy, dónde me he metido!» Con el tiempo vas cogiendo tablas y puedes lidiar con el que sea. Pedimos cosas que son necesarias y obvias, nada del otro mundo.
-¿Qué le dicen sus hijos de ser el portavoz de los padres?
-Más que mis hijos, mi mujer dice que ya está harta de tantas reuniones, pero ella es del mundo educativo y lo entiende. Este año va a ser el último. Es una etapa más y la verdad es que te satisface haber colaborado en mejorar todo lo posible la educación en Eivissa.
-¿Es el último porque sus hijos dejan el instituto?
-Sí, si todo va bien creo que será el último.
-¿Hay alguno de ellos que sigue con la vena artística familiar?
-Mi hija Ana que le ha dado por el teatro, está en el grupo Musicaldansa. Está haciendo el Bachillerato de Artes Escénicas en el instituto Quartó de Sant Antoni y es la que más vena artística ha tenido de la familia.