Cerca de medio centenar de trabajadores de AENA se manifestaron ayer en las instalaciones aeroportuarias de Eivissa para protestar en contra de la privatización de los servicios en tierra. «Una empresa privada no piensa en el usuario, piensa en su rentabilidad y beneficio», indicó Mercedes Martín del comité de empresa de CCOO- AENA.
Estos trabajadores quisieron ayer hacer hincapié, no sólo, en sus perjuicios al pasar de ser trabajadores públicos a ser parte de una empresa privada sino también en las consecuencias para el usuario.
Entre las consecuencias que pueden acarrear para los usuarios están, entre otros, el encarecimiento de los billetes de avión por la esperada subida de las tasas aeroportuarias o la disminución de las inversiones: «Esto hará que las infraestructuras sean obsoletas porque la empresa privada busca beneficio y no servicio público. El gestor privado gastará sólo lo absolutamente necesario», añadió.
Menos conexiones
Asimismo, desde los sindicatos resaltaron la posibilidad de que disminuyan las conexiones aéreas ya que, a partir de la privatización de los aeropuertos éstos competirán entre ellos. Además, apuntan que se puede dar el caso de que aquellas instalaciones aeroportuarias menos rentables pueden llegar a desaparecer: «El Estado sí que se hace cargo para dar un servicio público a las Comunidades Autónomas pero una gestión privada, cuando no haya pasajeros ni movimientos, llegará a cerrar ese aeropuerto», siguió Martín.
En Eivissa se encuentran afectados por esta situación hasta 220 trabajadores de AENA que pasarán a forma parte de una sociedad anónima para luego ser subrogados por empresas privadas. «El objetivo de esta operación es tapar una gestión que ha sido nefasta durante todos estos años», concluyó la sindicalista.