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«Eivissa salió adelante gracias a la sal»

El historiador Antoni Ferrer Abárzuza ofreció ayer en Can Ventosa una conferencia sobre este producto básico en la Isla del siglo XIII al XX

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Si de hablar de la historia de la sal en Eivissa se trata, pocos hay que sepan más que el historiador Antoni Ferrer Abárzuza. Por eso, afirma con rotundidad que «Eivissa salió adelante en la Edad Media y en la Edad Moderna gracias al comercio de este producto».

Precisamente de todo ello habló ayer en la conferencia que ofreció en la Biblioteca Municipal de Can Ventosa, enmarcada dentro del ciclo 'Tardes d'Historia, organizado por el Ayuntamiento de Vila.

La sal es un producto que está presente en todos los documentos oficiales pitiusos desde tiempos inmemoriales. No en vano, la primera referencia que Ferrer Abárzuza encontró data «del año 1373 cuando se habla de que ya se recolectaban unas 5.000 toneladas».

Tesis doctoral

Una recolección que según ha investigado el historiador ibicenco en su tésis doctoral realizaban hasta el siglo XVI "esclavos del norte de Àfrica". «Esto se refleja en varias novelas, como alguna del escritor italiano del renacimiento Matteo Bandello, o en el Isolario del también italiano Benedetto Bordone». Esto en lo que a literatura se refiere, pero hay más. «Se conserva un documento en Valencia en el que se documenta que en 1423 hubo un ataque corsario a las salinas de Eivissa en las que se liberaron a unos 150». Una cifra que según Ferrer Abárzuza puede ser exagerada, aunque «si podemos asegurar que durante esta época hubo trabajando un centenar de ellos para extraer la sal».

Además, adquirió tal importancia en Eivissa que, incluso los cargos encargados de hacer la partición, controlar la extracción y hacer su venta eran los más codiciados e importantes de la Universidad. Así, es común poder encontrar en los documentos, cargos como el guardia de la sal, el escribano de la sal o el terç albetriador, encargado de limpiar las acequias.

Cargos que a día de hoy, han quedado en el olvido y para los documentos, ya que la explotación sufrió un gran cambio con la llegada de los jornaleros. Hoy, prácticamente cinco siglos después de su explendor, son otros los negocios que mueven las Islas de Eivissa y Formentera.

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