as torrijas son un postre tradicional de la Semana Santa madrileña aunque desde hace cerca de 25 años cada vez se consumen más en Eivissa. Uno de los culpables de que esto sea así es Gonzalo González, el dueño de la pasteleria La Canela de Vila, un cacereño que llegó a la Isla hace un cuarto de siglo desde la capital de España.
Sus torrijas son famosas en todo Eivissa, hasta tal punto que asegura que «hacemos unas 300 al día en Semana Santa, y el Viernes y Sábado Santo unas 500». Los culpables de todo ello son, además de Gonzalo, Lalo (el jefe de cocina); Verónica; Alberto; José; y Domingo, el jefe de torrijas.
Secreto especial
Sin embargo, el éxito de este postre en esta pastelería se debe a un secreto especial:pasarlas por almíbar ligero dejando que suelten todo el aceite para mantener el pan jugoso. A esto también se une que usan un pan especial, enriquecido tipo 'brioche', que tiene huevo, mantequilla y leche y que es muy flexible, y que siempre se deja de un día para otro.
Por ello no es extraño que este postre, que según Gonzalo (todo un experto en el mundo de la cocina), «tiene su origen en los árabes y que luego se desarrolló en los conventos de monjas», poco a poco se haya asentado entre los ibicencos casi al mismo nivel que el flaó. Y eso que según el dueño de La Canela, «al principio no fue nada fácil porque aquí sonaba mal ya que lo asociaban a ir borracho y la gente no quería ni verlo». Sin embargo, todo eso pasó y ahora ya es un postre tradicional de la Semana Santa pitiusa.