Tal día como hoy pero de hace 33 años Bob Marley ofreció en la vieja Plaza de Toros junto a su grupo The Wailers su primer concierto en España en un gran escenario el que destacaba un enorme León de Abisinia.
Según cuentan algunas crónicas de la época, no llenó y el sonido no fue el mejor pero todo eso dio igual, ya que la mayoría de los que estuvieron comparten una misma sensación de fortuna y privilegio por verle.
Uno de los que más cerca estuvo de él fue Francesc Fabregas, que acaba de presentar en Formentera una antología de sus más de tres décadas como fotógrafo musical. Por aquel entonces, trabajaba para la legendaria revista Vibraciones y gracias a ello, cuando los periodistas Àngel Casas y Carlos Tena le esperaban a pie de pista para entrevistarle, tomó una de las pocas imágenes que se conservan del cantante jamaicano de su estancia en la Isla saliendo del aeropuerto con su guitarra. En este sentido, el catalán subraya que «aunque he fotografiado a multitud de cantantes durante toda mi trayectoria Bob Marley desprendía un aura y un carisma que no tenía nadie».
Algo en lo que también coinciden otras personas españolas de entre la mayoría de extranjeros que acudieron hasta la hoy desaparecida Plaza de Toros, a pesar de que la entrada costaba 1.000 pesetas, toda una fortuna para el español de la época.
Así, el periodista y poeta Julio Herranz, quién puede 'presumir' de «alquilarles dos o tres coches enormes a toda la tropa puesto que trabaja por aquel entonces en una empresa de rent a car», guarda en su memoria el carisma especial que desprendía.
Después, de su estancia en el concierto, Herranz, destaca sobre todo «la comunión física y espiritual que se produjo entre el público asistente y los cantantes durante la actuación gracias a las letras, el ritmo de la música reggae que ofrecían y todo lo que se fumaba».
Igual sensación tuvo el promotor musical Miquel Prats Botjia, que acudió al concierto con 17 años y que guarda como un tesoro la entrada. No en vano asegura que «todos los años cuando llega el 28 de junio pongo un pequeño altar en mi casa con todo lo que guardo de Bob Marley y nos pasamos todo el día escuchando su música con los amigos.
Y eso que aquel 1978, 'Botjà' asegura que «no conocía mucho a Bob Marley pero a fuerza de escucharlo en la radio me enamoré de su música y cuando fui al concierto me pareció una experiencia mágica que nunca olvidaré, y más sabiendo todo lo que ha rodeado a su figura después».
Por su parte, el periodista Mariano Planells recuerda de aquella cita «que aunque el sonido no fue el mejor, fue todo un placer escucharles porque el ambiente era muy animado y porque posiblemente estuviéramos ante una de las últimas demostraciones de fuerza que se vivieron de la Eivissa hippy».
Algo que quedó aún más patente cuando Bob Marley murió en Florida el 11 de mayo de 1981, víctima de un cáncer a la edad de 36 años, y sólo tres años después de su concierto en la Isla.