Un movimiento de piedras y cadenas ha sido suficiente para que los vehículos vuelvan a invadir los terrenos de ses Feixes pertenecientes a la unidad de actuación número doce (conocida como la UA-12) calificada como suelo rústico protegido.
Si el año pasado esta misma situación enfrentó a propietarios y Ayuntamiento de Eivissa hasta el punto de precintar los terrenos y enviar a la Policía Local para impedir el paso de los vehículos (después de que los dueños anunciaran que iban a permitir aparcar a sus «miles de amigos»), esta vez, el problema no llegará tan lejos.
Al menos, es lo que asegura el Consistorio, cuyo portavoz indicó que si bien se actuará «como el anterior equipo de gobierno», matizó que primero se verificará lo ocurrido y que después se dará un plazo para que se retiren los vehículos a fin de recolocar los elementos que se hayan movido, como «cadenas o piedras».
Por su parte, el portavoz de la UA-12, Javier Luquin, aseguró ayer que la propiedad esta vez no tiene nada que ver con la situación. «Alguien debió de romper el candado adrede», explicó Luquin, quien indicó volverá a instalar la cadena para impedir el paso.
Asimismo, en cuanto a las piedras que fueron movidas y que permiten el acceso de vehículos al solar junto al nuevo paso peatonal que une la Avenida Santa Eulària con el primer cinturón de ronda, señaló que desconoce «quién las ha debido de apartar», aunque consideró esta actuación como «lógica y normal». «Al final hay que dar servicio a esa gente, imagino que es para las casas de alquiler de coches», agregó sobre este espacio al que los vehículos acceden por la zona reservada a los peatones.
Por último, Luquin aseguró que espera tener una reunión con la alcaldesa Marienna Sánchez-Jáuregui en septiembre porque «se comprometió a dar una solución» al histórico enfrentamiento entre propietarios y Ayuntamiento, ya que los primeros defienden que sus terrenos son urbanos, en contra de lo que indica el Plan General de Vila, que los considera inedificables.