Los cuatro jóvenes acusados de participar en una pelea multitudinaria que se organizó en 2009 en el interior de la discoteca Azúcar, en Sant Antoni, decidieron ayer, ante la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, acogerse a su derecho a no declarar.
Tras el juicio, que quedó visto para sentencia después de que en ocasiones anteriores tuviera que ser suspendido, la fiscal mantuvo su petición de cuatro años de prisión para cada uno de los cuatro acusados, mientras que los dos abogados de los sospechosos reclamaron la libre absolución de sus clientes porque, a su juicio, no hay pruebas contra ellos.
Testigos
En la vista oral declararon cuatro agentes de la Policía Local de Sant Antoni, dos de los cuales acudieron a la discoteca cuando les comunicaron que había habido una pelea, mientras que los otros realizaron las detenciones de los sospechosos en el Passeig de ses Fonts. Uno de estos últimos declaró que los acusados estaban muy manchados de sangre y que en ese momento reconocieron haber participado en la pelea. En la misma se produjeron varios heridos, ninguno de ellos de carácter grave, que sufrieron cortes realizados con botellas o vasos rotos o con otros objetos punzantes.
Pero el testigo clave fue un agente de la Policía Local de Vila que se encontraba dentro de la discoteca, como cliente, cuando se produjeron los hechos. Ayer este hombre señaló a dos de los acusados como los presuntos autores de los daños causados a otro de los que estaban en el banquillo.
Según su testimonio, entre los dos estaban golpeando al tercero hasta que vieron al policía de paisano, momento en el que emprendieron la huida, ya que le reconocieron como agente de la autoridad.
Al parecer, la pelea causó tanto revuelo que todo el mundo abandonó el local, de forma que cuando llegó la Policía Local de Sant Antoni los clientes de la discoteca ya estaban fuera.