La Asociación de Vecinos de Santa Gertrudis ha presentado alegaciones contra la declaración de interés general que pide la sociedad Aikane S. L. para instalar un mercado artesanal y artístico en la finca Can Malacosta de Santa Gertudis. Se trata del establecimiento donde anteriormente funcionó la polémica discoteca La Diosa y en el que ahora se ubica una conocida tienda de decoración y diseño. Debido a que se encuentra en suelo rústico, los promotores buscan la declaración de interés general, única fórmula que les permitiría ampliar su licencia de restaurante y sala de fiestas con la actividad complementaria de mercadillo.
Los vecinos explican en el escrito que han presentado ante el Consell que dar permiso a esta sociedad es «inviable y antijurídico» porque además existe una sentencia de enero de 2012 que determina que «la actividad principal que se desarrolla en esta finca se encuentra en situación irregular, pendiente de ejecución de una orden de clausura y un expediente de infracción en materia de actividades clasificadas». Por eso consideran que resulta «del todo improcedente legalmente» dar permiso para ampliar una actividad que «opera al margen de la ley».
Sala de fiestas
Los vecinos se oponen a la posibilidad de que, a través de esta declaración de interés general de una actividad «aparentemente inocua» se pretenda legalizar una actividad molesta como sería la de sala de fiestas y que «tendría que estar clausurada desde hace muchos años». También destacan que las actividades principales de la finca no han obtenido «nunca» una declaración de interés general y tampoco deberían tenerla ahora.
Los vecinos creen que la legalización de las actividades principales de restaurante y sala de fiestas, que se encuentran en situación «irregular» y pendientes de la ejecución de una sentencia, «serían un fraude de ley y una desviación de poder inaceptable». De hecho, recuerdan que no se puede autorizar ninguna actividad complementaria si la principal no está legalizada.
La asociación también lamenta que el proyecto tenga una «gran indefinición» sobre el uso que se le pretende dar al espacio exterior de la finca y no quieren que se otorgue «un cheque en blanco para expander cualquiera de las actividades previstas en el proyecto en la parte exterior descubierta sin ningún tipo de control previo».
La Pimeef también se opone a este proyecto.