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«Qué bueno llenar la cesta con lo que nada cuesta»

El Centre d’es Amunts ofrece los martes y los jueves un taller de micología impartido por Jaume Espinosa

Los asistentes al taller de ayer escuchan atentamente las explicaciones de Jaume Espinosa.

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Todos los martes y los jueves, de 17,00 a 19,00 horas, el Centre d’interpretació Es Amunts se convierte en el punto de reunión obligado para todos los amantes de la micología en la Isla. Allí, el experto Jaume Espinosa ofrece un taller en el que da explicaciones sobre cada una de las especies existentes en Eivissa, da consejos sobre las que son o no venenosas y charla con los presentes que le traen sus setas como si fueran tesoros.

La mayoría pregunta por los pebrassos, «la seta preferida por los ibicencos», pero el abanico de cuestiones y de intereses pasa rápidamente de setas barbudas, a llanegas, de fredolics a gírgolas o de picornells a esteperols. Y es que aquí el que más o el que menos ya ha salido al campo alguna vez y ha recogido alguna que otra seta en su vida.

Eso sí, todos tienen la misma duda: «¿Esta se puede comer?». Ante esto Espinosa siempre responde lo mismo: «Las más preligrosas son la lepiota josserandii, y la lepiota bruneoincarnata, unas setas de tamaño muy pequeño, de un color que va del perla a un rojizo y que crecen en los bosques, pero todo depende fundamentalmente de la textura de la carne y si sus láminas son marrones».

Fiebre por las setas

De todos modos, y ante la cara de pavor de alguno de los presentes, el farmacéutico madrileño rápidamente tranquiliza al personal asegurando que «todas estas setas sólo pueden ser mortales si se consumen los mismos gramos que los kilos de peso que tengas».

Estos riesgos sin embargo no frenan el furor que hay por la micología en nuestro país y en Eivissa en particular. Algo que Jaume Espinosa cree que comenzó»cuando en los años 70 y 80 se publicaron las primeras guías serias y bien documentadas» y que se debe principalmente «a que es inherente a la condición humana salir al campo, buscar algo, encontrarlo, destacar entre los demás y llenar la cesta con lo que nada cuesta».

Gracias a ello, la micología sigue igual de viva entre los jóvenes como las propias setas que se encuentran todas las temporadas en los campos. Sin embargo, para que esto siga siendo así muchos más años, Espinosa, recomienda en sus talleres «no maltratar los campos, ser educados con sus propietarios y ser unos buenos seteros sin dejar rastro de dónde hemos estado».

«Muchas especies han quedado algo olvidadas por la veneración al ‘pebràs’».
El micólogo Jaume Espinosa aseguraba ayer que en Eivissa existe casi una «obsesión enfermiza» por encontrar el archifamoso pebràs. Esto ha hecho que «actualmente las nuevas generaciones estén prácticamente centrados en salir al campo para encontrar estas especies olvidando otras que siempre fueron usadas por los payeses para alimentarse como los fredolics o los picornets».
Sin embargo ,este furor por el pebràs no es del todo negativo ya que como asegura, divertido el micólogo madrileño, «el que todo el mundo vaya al campo centrado en encontrar esta seta hace que para otros muchos amantes de las setas se dejen tranquilas otras especies que también son muy buenas como la gírgolas o las llenegas».

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