Con pañuelos rojos, escobas, guantes y sobre todo mucho entusiasmo salieron ayer a las calles de Es Pratet un total de 45 vecinos dispuestos a limpiar la suciedad de su barrio.
La Asociación de Vecinos de Es Pratet organizó esta iniciativa con la intención de concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de evitar gestos como tirar colillas a las aceras y con el objetivo de que otras asociaciones vecinales se animen a limpiar sus barrios: «Si todas las asociaciones decidimos cada cierto tiempo salir a limpiar nuestros barrios conseguiremos una Isla más limpia. Y no se trata solamente de limpiar sino de que no se ensucie», explicó Carmen Cárcel, presidenta de esta agrupación vecinal.
Repartidos en grupos por diferentes calles, los vecinos contaron con la colaboración del Ayuntamiento de Eivissa, que les cedió material para limpiar y un vehículo de Cespa con el que recogieron las bolsas de residuos. «Hemos recogido cristales, mucho plástico, botellas de los botellones, ropa, toallas y hasta pañales», explicaba Patro Valero, que vive en Es Pratet desde hace 30 años. Igual que Alfonso Ortiz (36 años en el barrio), un vecino que si bien opina que la limpieza del Ayuntamiento podría intensificarse considera fundamental que los ciudadanos no «lancen basura a las calles». «Aunque el Ayuntamiento limpie por la mañana y por la tarde si nosotros seguimos tirando basura siempre tendremos un barrio sucio. Tenemos que concienciarnos», explicó Ortiz. Y para despertar esa conciencia lo mejor es que se impliquen también los más pequeños. Así lo hicieron Noelia (12 años), Sandra (11 años), Noelia (10 años) y Pepe de seis años, que acompañados por adultos colaboraron activamente en estas brigadas de limpieza vecinales. «Estamos ayudando a que nuestro barrio esté limpio», precisó Noelia, quien aseguró que hasta incluso habían encontrado una moto abandonada.
Con el paso de los años, según explicaron parte de estos vecinos, el barrio «ha mejorado mucho», pero consideran que hay cosas que podrían cambiar: «Cada vez hay más excrementos de perros por las aceras. La gente debería ser más cívica», expresó Patro Valero. Además, «el barrio parece que cada año se inunda más cuando llueve mucho», aseguró Nati Torres, que vive en Es Pratet desde hace diez años. La última inundación de locales y bajos tuvo lugar el martes. «Fue horroroso», precisaron.
La jornada de limpieza culminó con un arroz de matanzas en el local de la asociación. «Seguramente haremos dos o incluso tres limpiezas al año», concluyó la presidenta de la asociación de vecinos de Es Pratet.