«Últimamente los artesanos no ganamos mucho dinero pero lo importante en estos tiempos tan duros es seguir luchando para que no se cierren ferias de artesanía como ésta». Así se manifestaba ayer Judith Serra, participante en la feria Plaça d'Art, que se inauguró en Vila, resumiendo el sentir de otros compañeros.
De momento, ésta sigue resistiendo a los avatares de la crisis económica y continúa fiel a su cita en el paseo de Vara de Rey. Este año cumple su trigésima edición y se prolongará hasta el 7 de abril, con la participación de 29 artesanos de ramas como el cuero, la cerámica, el vidrio, la joyería o la madera. No todos están afincados en la Isla. Según José Antonio Pérez, presidente de la Asociación de Artesanos de la Pimeef y trabajador del cuero, «la feria ha ido adquiriendo cada vez más fama y al igual que nosotros también viajamos para vender nuestros productos aquí también viene gente de fuera a ofrecer los suyos».
Este año han llegado de A Coruña, Girona, Cáceres, Alicante, Castellón y Menorca. «La cosa está dura así que hay que ir moviéndose y buscando nuevos mercados», explicaba Filomena Menacho que, junto a Guillermo Bonicatto, llegan por primera vez a la Isla con «mucha ilusión» por vender sus productos hechos «de forma totalmente manual en telares como los de toda la vida».
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