«No he visto ningún procedimiento de contratación en el CDEIB que no haya sido amañado». La técnico del consorcio que se encargaba de tramitar las adjudicaciones en el organismo público saqueado en el ‘caso Scala' certificó ayer en el juicio que todo se hacía según la voluntad de Antònia Ordinas. Tanto ella como la jefa de administración insistieron en la misma idea: se encargaban los trabajos y después se vestía el expediente administrativo para darle apariencia de legalidad.
Los primeros testigos que declaran en el juicio del Cola Cao apuntan una responsabilidad directa al exdirector general, Kurt Viaene y a la exgerente, Antònia Ordinas. Más matices tiene la implicación del conseller, Josep Juan Cardona. Los trabajadores del organismo señalan que tenía que saber lo que ocurría pero ninguno de ellos lo pudo afirmar de forma directa. Por ejemplo, sobre el pago de 240.000 euros para el proyecto de lunas de miel de novios chinos en Mallorca, una de las funcionarias aseguró: «entiendo que un gerente no tiene poder para maniobrar con estas cantidades». Sin embargo, otra testigo, a preguntas del letrado de Cardona, Miquel Arbona reconoció que la exgerente intentó en un momento dado cambiar los estatutos de la entidad para que el conseller no tuviera que firmar las adjudicaciones.
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