Las cerca de cincuenta familias de las tres urbanizaciones de Cala de Bou que el martes vieron como Endesa les cortaba el suministro eléctrico vuelven a tener luz en sus casas después de una noche en la que, según algunos vecinos, incluso hubo que calentar biberones con velas.
Sin embargo, para conseguirlo han tenido que hacer frente a una importante inversión económica. Según confirmaron ayer los vecinos afectados a Ultima Hora, se ha conseguido un generador eléctrico cuyo alquiler diario supone un coste de 60 euros más otros 1.800 cada vez que se tiene que llenar con gasóil cada cinco días.
Estas cantidades se tienen que sumar a la posible sanción que impondrá Endesa a los vecinos por haber tenido la instalación eléctrica de forma ilegal durante un año y durante seis horas al día y que, según los vecinos, podría llegar a ascender hasta los 1.300 por familia.
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